sábado, 28 de noviembre de 2009

Contrapunto

Siguiendo con nuestra zaga sobre la teología rockera, me encantó señalar dos conceptos radicalmente contrarios sobre el amor. La poesía que trata sobre romances y amoríos es más que profusa. Alguno podría decir que casi toda se ocupa de eso. Sin embargo, el amor cristiano es todo lo contrario. Es entrega generosa. Pero en los dos casos hablamos de amor.

En Una Deuda del Corazón (traicionero), Andrés Calamaro afirma que "el amor es traicionero, no se elige, no es sincero; no podes contar con el, es traicionero". En "Perdería el Corazón", va más allá: "El amor no es para mí, sin mirar a los ojos de una mujer, si perdí toda fuerza para resistir; eso fue cuando te ví. Una vez hace tiempo, yo me enamore y fui tonto. ¿Cómo pude haber sido feliz? si perdi toda fuerza para resistir, eso fue cuando te vi. Este amor me mata y me remata a la vez, pero es amor y es dolor dentro mío. Tal vez no preguntes, ni digas qué no debo hacer, ni me dejes sin tu amor; perdería el corazon."

En la primera carta a los Corintios el apóstol San Pablo ofrece un contrapunto (13,8): "El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es presumido ni se envanece; no es mal educado ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.
El amor no pasará jamás."

Está claro que hablan de cosas distintas. Pero Una Deuda del Corazón hace un parafraseo que polemiza directamente con la epístola paulina. Y me pareció que justamente por referirse a cosas tan distintas es que sonaban tan contrapuestas, y es lo que ayuda a señalar las diferencias de fondo.+

sábado, 14 de noviembre de 2009

La Mesa del Babilonia


Todos los jueves, a eso de las 19, íbamos cayendo de a uno al Bar Babilonia. Más exactamente, a la mesa de la esquina, junto al ventanal; esa que está cerca del baño de mujeres. Para llegar hasta allí había que cruzar lo que antes se conocía como "el reservado" y ahora, "el VIP"; en rigor, ¿qué tiene de gente muy importante ser usuario de un besadero? Es probable que, allá a lo lejos en el tiempo, los boliches favorecieran con toda clase de comodidades a los clientes gastadores; ésos que solían acudir acompañados de muchachas deseosas de ser objeto de suntuosas atenciones para ofrecer, prácticamente a modo de intercambio, caricias, besos, abrazos y palabras elogiosas, que endulzaran el oído egoísta. Nuestra mesa aparentemente formaba parte de ese pasillo, pero sólo en sus comodidades. Los sofás forrados de colores pastel, la luz tenue y la mesa baja de madera hacían las veces de un living. Nos divertíamos allí. Tanto que, a veces, la liga del besódromo se molestaba y nos mandaba al mozo a callarnos. Es muy difícil callarse cuando uno ya empezó a reirse. También cuesta imponer rigores a una clientela fiel. Por lo tanto, en aquellas oportunidades uno podía observar, triunfalmente, la salida de parejas que aceleraban su llegada al Mueble de la vuelta. ¡Je! Qué término más antiguo, ¿no? es que antes no se llamaba hotel a ese lugar de encuentros clandestinos. Alejandro Lerner rompió ese tabú al dedicarle una canción al Albergue Transitorio, "escala obligada de hoy", en los decadentes 80. Por esos años, los telos eran la discresión edificada; se situaban en lugares marginales y oscuros de la ciudad. Las vigilancias de apostamiento eran la cosecha del detective privado. Ahora son lugares exéntricos y hasta exclusivos. Esas transformaciones también llegaron al Babilonia, en donde el VIP se convirtió en algo más que en un besadero. Volviendo a nuestra mesa, y apesar de que muchas veces -las menos, debo confesar- he llegado puntual, es destacable que siempre la primerearan Honorio y José. El periodismo es especialista en horarios extraños. En cambio, el funcionario y el contador siempre se las arreglaban para tempranear. Así y todo, ya se los veía con una cerveza en la mano. A medida que pasaban las horas y que acudía el resto, el ámbar elixir se iba aguando; bueno, no exactamente: se iba trasparentando, se convertía en gin tonic o en otras destilaciones. Rara vez acudíamos al fruto de la vid, que solamente inundaba las mesas cuando venía un cantante o un pianista. Ahora que lo pienso, hace años que no eso sucede. Hoy es más común que la birra se vuelva blanca, líquida o polvorienta. Esta mala costumbre se volvió normal en los últimos tiempos. Antes lo más audaz era tomarse algo y tirarse algún lance con las modelos que desfilaban camino del camerín. Lo llamo así porque creo que las mujeres prácticamente no usan inodoros ajenos -al menos eso me dijo un lavacopas, que las espía por un respiradero-, sin embargo acuden al de DAMAS para gastar espejos y acomodarse las ropas. Es habitual que la mesa se alborote con las chicas, cuando llega Urbano. La mitad de los temas de conversación del galeno tienen que ver con las conquistas femeninas. Es obsesivo. Decí que no es ginecólogo, porque habría que denunciarlo de oficio. De cualquier forma, con el flaco, con el Tordo y el Canario, la cosa pasaba de los susurros iniciales a los vozarrones amistosos y culminaba con la consagración de la risa franca. Desde que Blanca empezó a merodear nuestra mesa, los entretenimientos cambiaron. Ahora hay un capítulo dedicado a las apuestas, de lo que sea, a la contratación de servicios de acompañantes -que denigran a la natural seducción a la que un hombre no debe renunciar nunca- y a la búsqueda de negocios que financien esos nuevos entretenimientos. Sin darme cuenta, por una cosa o la otra, fui faltando a la cita semanal y creo que voy a dejar de hacerlo. Para mí, con la visita policial del otro día la Mesa del Babilonia se terminó. Si no fuera que en ese mismo momento salíamos a comprar una revista, hubiéramos sido vícitimas de la extorsión policial. En realidad, yo pude salir. El Canario, que me seguía a unos pocos pasos, se quedó a curiosear la llegada de los uniformados. Como con los matones, hay que evitar cruzarles la mirada. El Canario quedó paralizado y tuvo que arreglar, como todos los asistentes a esa orgía, para evitar ser escrachados. Hoy me llamó porque tuvo que pedir prestado para poder zafar y ahora tiene que devolver lo que no tiene. Su voz, en el contestador, era desesperada.+

domingo, 27 de septiembre de 2009

El Secreto de sus Ojos


Con ocasión del fracaso de El Secreto de sus Ojos en el festival de San Sebastián, hago mi demorado homenaje a esta película. No sólo por su magnífica realización, desde el punto de vista de la actuación, dirección y ambientación, entre otras tantas bellezas, sino muy especialmente por su mensaje.
En una época en la que mucha gente parece apresada por el pasado setentista, El Secreto de sus Ojos sugiere volver a esa misma época, sumergirse en una historia poco transitada y arrojar una lección de vida. De boca del personaje que encarga Pablo Rago, el dramaturgo explica que no es bueno quedar atado al pasado, y reitera repetidas veces, como para que quede claro: "olvídese".
Vale la pena retener esta valiosísima lectura, que curiosamente fuera soslayada por la crítica.+

domingo, 6 de septiembre de 2009

Fueron llegando de a uno. Se quejaban de Diego Ortíz, el editor de El Homológico (http://elhomologico.blogspot.com). Nos hace hacer cada cosa, es un perverso, se quejaba el flaco Rivera; además de prejuicioso, aportó Laureado apenas llegó.
Es así, muchachos, yo les dije, agregué, mientras maldecía el uso de tan lamentable frase. Tenemos que hacer algo, concluyeron ambos, mientras yo cabeceaba, animándolos.
¿Qué? ¿Cómo se les ocurre? ¿Justo ahora que me toca a mí? Están locos. Peor: son necios y mezquinos, aportó el poeta quien, sin alcanzar a sentarse, dio media vuelta y se fue.+

domingo, 21 de junio de 2009

Himno a la Vida

Me llevé una gratísima sorpresa en la comida de Voces & Ecos, hace unos días.
Axel, paradigma de la grasada según mi escaso prejuicio. Se mostró interesado en la misión de la fundación, ocupada en el contenido que difunden los medios, y compartió cantó cuatro canciones.
De una de ellas, archiconocida y simplísima, repartieron la letra. Me alegró la noche. Dice así:

No sé si soñaba
no sé si dormía
y la voz de un ángel
dijo que te diga:
celebra la vida.

Piensa libremente,
ayuda a la gente,
y por lo que quieras
lucha y sé paciente.

Lleva poca carga
a nada te aferres
porque en este mundo
nada es para siempre.

Buscate una estrella
que sea tu guía;
no hieras a nadie,
reparte alegría.

Celebra la vida, celebra la vida,
que nada se guarda,
que todo te brinda.
Celebra la vida, celebra la vida,
segundo a segundo, y todos los días.

Y si alguien te engaña
al decir "te quiero",
pon más leña al fuego
y empieza de nuevo.

No dejes que caigan
tus sueños al suelo
que mientras más amas
más cerca está el cielo.

Grita contra el odio
contra la mentira,
que la guerra es muerte
y la paz es vida.

Celebra la vida, celebra la vida,
que nada se guarda,
que todo te brinda.
Celebra la vida, celebra la vida,
segundo a segundo...

viernes, 12 de junio de 2009

La novela ideal

El sábado pasado el diario La Prensa publicó una entrevista a Pablo Caralps, autor de Gripe Mortal, una novela anticipatoria que especula con la posibilidad de que la industria farmacéutica pudiera provocar una epidemia de gripe. "La ficción se ha adelantado a la realidad", afirma el escritor catalán.
"La novela que revela el oscuro negocio de provocar una epidemia" es el subtítulo del libro lanzado por planeta y escrito por un joven ejecutivo de la industria, nacido en 1971.
En un recuadro titulado "Respaldo científico" el mismo diario enumera dos interesantes antecedentes. Por un lado, las declaraciones de un virólogo australiano jubilado, Adrian Gibbs, que analizó la teoría de que el nuevo virus sea una combinación de material genético de cerdos, aves y humanos, escapado de un laboratorio de investigación por un error humano.
"Hemos pedido a nuestros expertos que determinen si hay evidencias. Por ahora es demasiado pronto para decir algo al respecto", respondió el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gregory Harlt.
El otro gran dato lo aportó el ministro de Salud de Córdoba, Oscar González, quien acusó a los laboratorios de haber sobredimensionado el problema. "Generan miedo y pánico para vender más medicamentos. Hay otros intereses. Nos quisieron hacer creer que el jinete del apocalipsis venía arriba de un chancho", remató el mediterráneo al estilo de Hortensia.
A mí me impresiona que alguien que pudo narrar esta historia para pasar "los tiempos muertos en viajes y aeropuertos" haya logrado aportar semejante elemento de reflexión a la sociedad. Me produce una sana envidia, lo que equivale a la admiración.
Esa sería, para mí, la novela ideal.+

sábado, 16 de mayo de 2009

Los vimos irse


Vinieron juntos a la redacción de Hecho y Derecho.
Me preocupé. Tenían los ceños fruncidos, una actitud algo rígida.
No se reían, como habitualmente cuando se reúnen.
Ingresaron caminando, codo con codo, mirándose de costado, como para darse ánimo.
Saludaron a la gente de las otras páginas y vinieron para mi escritorio.
Como es natural, la vocería estuvo a cargo de Honorio Laureado.
Querían cambiar empezar una nueva etapa. "Crecimos, jefe; tenemos vuelo propio"
"Bueno, muchachos, está claro; pero ¿llevarse todas sus historias?", les repliqué.
Me explicaron un proyecto novelesco que ni quise escuchar.
Cuando percibí que en El Homológico había inquietud caí en la cuenta de que todo estaba preparado desde antes.
"¿Usted también, doctor?", interrogué a Armando Témpore, que guardaba un vergonzante segundo plano.
"Miré, m'hijo, es una oportunidad que no podemos desaprovechar. Lo conversamos largamente con los amigos. Parecería que allí vamos a tener otro protagonismo. Pagan mejor, ¿vio?"
Como me estaba por quebrar, preferí no azuzar al idiota de Urbano Rivera.
Miré para un costado, para que no se vean unas lágrimas que empezaban a asomar.
Les señalé en silencio al editor de El Homológico, que ahora avanzaba con los brazos abiertos.
"Pensar que los ví nacer", pensé.
Hice un bollo con un borrador y lo arrojé violentamente al basurero.
La única satisfacción fue embocar.
Con mis compañeros de Glorifica los vimos irse.
Pero nadie hizo ningún comentario.
Nos zambullimos en nuestros monitores y, galopamos los teclados, como si no hubiera pasado nada.+

viernes, 23 de enero de 2009

¿Cómo dijo? ¿Que Zitarrosa qué?


Alejandro Del Prado, antes de convertirse en uno de los grandes talentos que ofreció el rock nacional en los ochenta, sobrevivió en el exilio setentista en México como guitarrista del folklorista uruguayo Alfredo Zitarrosa.
En "Yo vengo de otro siglo", un nuevo CD anunciado por los medios en diciembre, el autor de "Los locos de Buenos Aires" le dedica a su antiguo jefe una canción, Zitarroseando.
Según las entrevistas que ofreció, el tema no es tanto un homenaje al maestro folklorista rioplatense sino algo así­ como unas notas de recordación personal.
(Revista Noticias: ¿“Zitarroseando” es un homenaje? Del Prado: No está “dedicada a”. El tema habla de mí. Él era un grande, y como tal, me hizo pensar en mí. Todavía hoy sigo descifrando la relación que tuvimos. Siempre me gustó mucho hablar de él pero, paradójicamente, ahora que compuse la canción estoy hablando muy poco. Intenté escribir un libro sobre su vida y pensé en hacer una película, se merecía una superproducción porque él era una estrella de Holliwood. Su figura es cautivante y todos los que lo conocieron de cerca lo recuerdan con mucho cariño.)
A pesar de lo que él manifiesta, esa canción arroja dos datos importantes en esta estrofa:
"Zambita cantale
Al muchacho prohibido,
No sin pero si,
Que con sin ton ni son,
Digo sin pero con, motivo,
Por eso te pido,
Zambita cantale,
Decíle al oído,
Que triste y que lindo,
¡Que alegre es el vuelo
De los “ Ignoritos ” !,
Que silbando van,
Que silbando vienen,
Ah, por el éter del mundo,
Ah, por la plata del río,
Ay, mi cantor uruguayo,
Yo te acuso de argentino."
El primero es esto de "zambita cantale al muchacho prohibido" a lo que agrega que lo dice sin ton ni son pero con motivo. El autor de Stephani solía pedirle a la milonga que le cante a algo o a alguien.
Si hay tres referentes del folklore solista, Zitarrosa comparte ese podio con José Larralde y Jorge Cafrune. ¿Es posible que haya sido homosexual y que no haya trascendido hasta hoy, cuando se cumplen 20 años de su muerte (17-01-1989)?
No parece tratarse de una historia con Del Prado, quien dedica este último disco a "la Susy", su recienemente fallecida mujer, compañera musical y dueña de su enamoramiento, a juzgar por lo que él mismo afirma en las entrevistas mencionadas más arriba.
A esta altura de la soirée, el dato obviamente no quita nada de mérito al poeta de los trabajadores rurales rioplatenses pero suma una información acerca de uno de los más grandes ídolos de nuestra música popular. Sencillamente, uno podría ahora pensar que la tan conocida "Zamba por vos", de su composición, y que no hace referencia a mujer alguna, haya sido cantada a un hombre.
El otro tema que aborda Zitarroseando es cuando le dice a "mi cantor uruguayo, yo te acuso de argentino", aunque sospecho que ese verso no esconde nada importante. Escuchando una entrevista que Zitarrosa ofreció en una radio española, y que se reproduce en la serie de cinco CD's inéditos que se vendieron hace algunos años acompañando ediciones de Página 12, es evidente que al uruguayo no le hací­a nada de gracia que lo confundan con un compatriota. Era muy artiguista, muy oriental, el maestro que inmortalizó a los hombres del arrozal. De hecho, en las Diez décimas de Autocrítica, afirma:
"Si algo soy, soy oriental
y ese es mi mayor orgullo;
más que flor quiero ser yuyo
de mi tierra bien prendido...
del pueblo, sólo un latido,
de su andar, sólo el murmullo"