martes, 30 de abril de 2013

Salirse del Tontódromo

Transcribimos una maravillosa entrevista a Raúl Porchetto, un artista al que me debemos una entrada a nuestra saga de Teología Rockera. Sus composiciones, su trayectoria artística y su coherencia personal, lo merecen.

“Busco salir de cierto tontódromo”

Para el músico, al entorno de las Altas Cumbres cordobesas, donde suele refugiarse entre sus actividades en Buenos Aires, es una conexión vital necesaria para la usina de canciones: “Yo creo que lo mío pasa por una búsqueda de lo trascendente”, explica.

Por Cristian Vitale
Motivado por una constante en su vida, la de hacer música, Raúl Porchetto se expresará esta noche –a las 21, puntualmente– en la Sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza (Corrientes 1660). No estará solo, lo acompañarán amigos, y de los buenos. León Gieco, por caso, que ensamblará voces con su viejo cumpa folk para revivir “Che Pibe” (curiosamente reactualizado por el voto a los 16), o Ricardo Soulé, para ir más lejos en el tiempo aún: puntualmente a la “Canción Primera” de Cristo Rock, el disco con que Porchetto empezó su largo camino allá por 1972. “El repertorio va a estar conformado por diferentes etapas de mi carrera... digamos que será una pincelada de mi obra desde el comienzo hasta el presente”, introduce el cantautor a Página/12. Una pincelada que, claro, tratándose de quien se trata, implica casi veinte discos en cuarenta años.

–¿Tiene planeado algún disco nuevo?

–Yo siempre estoy componiendo, porque mi lenguaje es la música. Pero pensar en un disco hoy es tormentoso. Son tantas las dificultades, ¿no?, es como estar comenzando todo el tiempo. La verdad es que no hay espacios de difusión y, en este sentido, sacar un álbum y que la gente no se entere es algo realmente frustrante.

Además de los invitados de luxe, el cantautor nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en noviembre de 1949, estará sustentado en su banda actual: Daniel Porchetto, su hijo, en teclados y voz; Fernando Scarella en batería; Javier Torrecillas en guitarras y Mariano Hospital en bajo. “La verdad es que estoy con la misma ilusión y ansiedad de tocar esta noche en Buenos Aires como lo estaba cuarenta años atrás, cuando empecé. Yo pertenezco a una trova llamada rock argentino, unos tipos que fuimos traidores a la clase media y que nos instalamos desde el arte popular con un montón de ideales y sueños. Y como desde el primer álbum, hasta ahora esos ideales y sueños están intactos, por eso la mochila está liviana”, sostiene Porchetto.

–Aunque con el lógico devenir cambiante del tiempo, ¿cambiaron los tiempos más que usted o usted más que los tiempos?

–Si los tiempos son la moda, lo que conviene y el mercado, ni yo ni los tiempos hemos cambiado, cada uno hace su juego; uno trata de devorarte y otro de renacer desde lo sensible a cada instante. Es eso, creo yo. Recorro todo el país y siento el reconocimiento de la gente en todo momento. La verdad es que ser exitoso y mediático a tiempo completo puede llegar a ser como un mal karma. Ni ahora ni antes, nunca me desveló eso, y debe ser por eso que es algo que no extraño. Lo único que persigo es tener espacios para expresarme como artista, y esto es lo que no es tan fácil de pilotear... cuesta conseguir espacios, y más cuando te manejás de manera independiente. Es como pagar el precio de la libertad, en un punto.

–Hay trabajos suyos, puntualmente Cristo Rock, Madre de Dios o Chico Cósmico, en algún sentido, en los que está presente una preocupación por lo espiritual, lo religioso, que es una de las marcas que impregna su trayecto. ¿Cómo explica ese Porchetto espiritual o místico, hoy?

–Si explicarlo es desde lo lógico aristotélico-tomista, no tengo explicación, no. Yo creo que lo mío pasa más bien por una búsqueda de lo trascendente. Para mí la vida no es participar en un tontódromo, sino hacerme digno a cada instante de ella, y desde allí lanzo mi mirada.

–¿Le hace algún ruido tener un papa argentino?

–Ruido, más bien, me hace lo que hicieron en el Hospital Borda los otros días, y también me da cierto miedo. Lo del Papa me da sonidos. Algunos gestos me ilusionan sinceramente, no porque sea argentino, sino porque lo veo con la intención de cambiar profundamente algunas cosas que se habían ido al diablo.

–Pensando en Reina Madre, aquel disco que marcó una época especial mediando los ’80, ¿qué le vino a la cabeza o al corazón cuando se enteró de la muerte de Margaret Thatcher?

–Nada, absolutamente nada. Pensar en Reina Madre es pensar en lo absurdo de una guerra, en el manotazo de ahogado de una dictadura y en lo importante que es tener hoy una política de Estado clara y pacífica ante un posicionamiento imperialista que trasciende las islas Malvinas, porque van por el Atlántico Sur y su importancia geopolítica en las próximas décadas.

–Charly García ha sido un músico muy cercano a su órbita musical, no sólo que usted “lo descubrió” y se lo llevó a tocar teclados a Cristo Rock, sino que luego siguió la relación y terminaron siendo parte de un proyecto breve, pero intenso: PorSuiGieco. ¿Cómo es el Charly de hoy, según Porchetto?

–Un tipo que sigue lleno de notas. Un pentagrama viviente... la verdad es que lo quiero como desde el primer día. Recuerdo que lo conocí tocando el piano en el fondo de un barcito, me voló la cabeza y lo invité a tocar el teclado en Cristo Rock. Por eso, para mí no es el Charly de la gente, sino algo así como Jorge, un amigo del barrio. De esos amigos a quienes la vida nos dio la posibilidad de desarrollar nuestras cosas y decirlas y sobrevivir a un tiempo muy particular porque no estuvimos distraídos. Así veo a León, también.

–¿Se habló alguna vez de reunir a PorSuiGieco? Es como una deuda...

–PorSuiGieco se reúne bastante seguido a ver películas, escuchar música y hablar de la vida. Es una cofradía de amigos. Ahora de lo otro sólo Dios sabe, o a lo mejor Francesco sabe algo, no sé (risas). Por el momento, de esas reuniones cofrádicas salió la idea de hacer juntos con Nito Mestre y la verdad es que nos fue bien. Hicimos varios recitales y, por supuesto que cada uno respetando la estética y las miradas del otro, logró algo interesante en la reunión. La verdad es que, después de la época de PorSuiGieco, nunca había tocado con Nito.

–Qué disco aquél...

–¡Y pensar que grabarlo fue una casualidad! Se tocó sólo tres veces y se podría no haber dado, incluso. León me decía que es uno de los discos más vendidos del rock argentino, es como una joyita en nuestras vidas, porque me remite a los días en que nos encontrábamos con Charly en Donato Alvarez para tomar el 44 e ir a Barrancas de Belgrano para grabar. Nos costaba mucho que nos hicieran un espacio, ¿no? En mi caso, pasaron como diez años para que se difundieran mis discos.

–¿Sigue bailando en las veredas?

–La verdad es que no bailo en las veredas, porque siempre fui caótico bailando (risas)... lo que hago, sí, es cantar a veces con amigos en las veredas de algún pueblito de Córdoba.

–En Altas Cumbres, ¿no?

–Tal cual, a 50 kilómetros de Alta Gracia, rodeado de montañas y donde Internet brilla por su ausencia. Bajo a Buenos Aires, bueno, sólo de vez en cuando, porque se sabe que aquí está el trabajo, pero la mayoría del tiempo lo paso allá, rodeado de montañas, animales, árboles, silencios, naturaleza. La verdad es que un lugar que me inspira para componer canciones y, de hecho, muchas perteneciente a mis últimos discos han nacido allí. Pero además, soy un tipo que tiene la tradición de los antiguos habitantes de esta tierra: pido permiso para entrar a un bosque, para andar por las montañas, y eso me permite dar los saltos cuánticos, salir de ese tontódromo al que me refería antes.

–Retomando los vaivenes de su discografía, hay un trabajo que precede a Dragones y planetas, del que se sabe muy poco: Yo soy. ¿Por qué? ¿De qué va esa obra, de 2007?

–En términos editoriales habla de mi trabajo independiente, ¿no? Hace mucho que no estoy en una multinacional o en un sello grande, y entonces la difusión cuesta el doble. Yo soy es una obra diferente, integral, que liga a la música con la danza y las proyecciones, en la que, además de mi música habitual, hago otras cosas.

–¿Por ejemplo?

–Un tango nuevo al que, precisamente, le puse “Tango Nuevo”. A mí siempre me gustó jugar con otros géneros, por más que lo central sea el rock o la canción destinada a dar testimonio sobre lo social, lo místico o el amor. Yo trabajé con Pedro Aznar, hice fusión, hice jazz rock y también compuse folklore, ¿no?, como cuando escribí “Bajaste del norte”, ese tema que León Gieco terminó editando en ese gran disco de principios de los ’80 que fue Pensar en nada. Todo el tiempo estoy hurgando, investigando, ver qué de nuevo tengo para aportar.

domingo, 21 de abril de 2013

Un Ganador en la Derrota

Un ganador en la derrota

El altísimo nivel alcanzado por el golfista Ángel "el Pato" Cabrera y su caballerosidad agigantan su actuación en el último Masters
El pasado domingo, Ángel "el Pato" Cabrera volvió a demostrar que su extraordinario talento se potencia de cara a las competencias más encumbradas del mundo del golf. Este deporte, casi como ningún otro, desnuda la personalidad del jugador en los momentos definitorios.
Con 43 años y sin integrar el ranking de los 200 mejores, llegó al Master de Augusta para exhibir un brillante juego capaz de dejar atrás a las máximas estrellas del circuito. Su destacada actuación lo condujo a una infartante definición ante el australiano Adam Scott.
El jugador cordobés tuvo un desempeño superlativo en la definición, cuando los nervios se combinan con la responsabilidad y amenazan con paralizar a cualquier protagonista. Se percibió nítidamente que el jugador argentino crecía frente a la adversidad y que disfrutaba de la competencia, mostrando en todo momento el aplomo de un gran campeón. Cuanto mayor era la exigencia, mejor era su respuesta.
Cabe destacar que, sometido a un escenario de máxima presión, a lo largo del recorrido Cabrera fue capaz de reconocer los grandes tiros y aciertos de su rival, en una actitud poco común y que agiganta sus cualidades golfísticas y pone a las claras aquellas profundamente humanas. Un condimento especial fue que lo hizo en compañía de uno de sus hijos.
El abrazo en el trayecto hacia la entrega de la tarjeta, previo al desempate, también reflejó una faceta con un mensaje contundente: en los momentos difíciles, el apoyo y la compañía de quienes están más cerca es muy relevante para sobreponerse a la adversidad.
Habiendo estado a centímetros de la gloria, el abrazo final con el australiano y su sincero reconocimiento por la victoria de su competidor dejan un excelente ejemplo para todos los amantes del deporte.
Sin dudas Ángel Cabrera, aún cuando no logró revalidar su título de 2009, se fue como un triunfador del Augusta National. En el mismo día en que el gran Roberto de Vicenzo cumplía 90 años, uno de sus más conspicuos discípulos lo homenajeó de la mejor manera.
En cualquier competencia deportiva, como en muchas otras situaciones de la vida, se puede ser un genuino ganador aún atravesando la peor de las derrotas. Basta para ello con imbuirse de la actitud correcta, disfrutando con alegría de lo logrado y dejando de lado cualquier ribete de dramatismo. En verdad, hay mucho que aprender de este humilde campeón.

Fuente: Editorial II, Diario La Nación 21/04/13

lunes, 15 de abril de 2013

Por los Cristianos de Oriente


Mantener la presencia de la Cristiandad en Oriente Medio es la preocupación que el Cardenal Raï transmitió hoy en una conferencia de prensa que brindó en Paraguay 834, sede de la Catedral de San Marón, Buenos Aires, a poco de llegar del Líbano para una visita pastoral.
El patriarca maronita y presidente de la Conferencia de Patriarcas de las Iglesias de Oriente, cardenal Bechara Boutros Raï, lamentó los efectos de tanta violencia en esa región. La ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel, la tensión entre judíos e iraníes, la guerra Siria, la rivalidad entre fundamentalistas y moderados por ejemplo en Egipto, la situación irquí y la polaridad entre sunitas y chiítas por ejemplo en el Líbano, entre otros factores, amenazan la presencia de los cristianos en esas tierras que ocupan desde hace más de dos mil años, dijo al remarcar que los musulmanes aparecen allí 600 años después del cristianismo.
"En el Líbano hay cuatro millones de habitantes, a los cuales hay que sumar un millón de desplazados de Siria y medio millón de militantes armados palestinos, con la situación que eso genera. Al final, los que se terminan yendo son los libaneses", manifestó.
El Cardenal Raï expresó su deseo de sensibilizar al mundo sobre esta situación que vive la región y lo que implica para las comunidades cristianas. "No para lamentarse vanamente sino para asumir un compromiso con estas denuncias. ¡Hay gente que muere a diario!"
- ¿Qué es lo que solicitan? -le preguntó este blog.
- Que se respeten las resoluciones de Naciones Unidas; que los judíos abandonen los territorios ocupados.
Cabe recordar que, según trascendió periodísticamente,  el Papa Francisco manifestó su preocupación al secretario general de ese organismo recientemente por este conflicto y la situación de Corea. El cardenal Raï , que participó del cónclave, tuvo oportunidad de contar todos los sufrimientos de las iglesias orientales, y tuvo participación en las meditaciones que jóvenes libaneses escribieron para el Vía Crucis romano en esta última Semana Santa, encargadas por el antecesor Pontífice, Benedicto XVI.
Sobre la Primavera Arabe, Mons. Raï abrigó sus dudas. "Los jóvenes cultos se preguntan si conviene seguir con esto ahora que los objetivos se ven distorsionados. No quieren reformas que sean impulsadas desde afuera, guiadas por fundamentalistas. No se puede llegar a tales reformas, que son un derecho, por la guerra y la sangre. En Irak ya murió un millón de cristianos... ¡sobre un millón y medio que había antes! y lo llaman democracia", afirmó.

Es la segunda vez en la historia que un patriarca maronita visitó el país y estará hasta el 25 de abril para mantener encuentros con la comunidad maronita y libanesa de la región.
Llegó al país el sábado y esa tarde tuvo un encuentro en una parroquia maronita en Villa Lynch y el domingo presidió una misa concelebrada en la Catedral de San Marón, de la que participaron unas 300 personas, con el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherring; el administrador apostólico de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza; obispos católicos latinos y de iglesias católicas orientales. 

Hoy, a las 18.30, está previsto un encuentro con la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y mañana con el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri.
El miércoles, el patriarca maronita visitará a los obispos reunidos en la Conferencia Episcopal y luego viajará a Tucumán, donde presidirá un encuentro de obispos maronitas de la diáspora, venidos de distintos países, y participará en distintos actos, acompañado por el arzobispo local, monseñor Alfredo Zecca.
La Iglesia Maronita es una comunidad cristiana originada en los primeros siglos del cristianismo: San Marón  formó su base espiritual, en el siglo V, y San Juan Marón fue el primer patriarca maronita que le dio a ella forma jurídica en el siglo VII. La Iglesia Maronita permaneció fiel a Roma desde el comienzo de su existencia. Bechara Boutros Raï es el 77º patriarca en su historia. El Papa Francisco llamó la atención sobre estas Iglesias Orientales al pedir que lo acompañaran a bajar a la tumba de San Pedro en los días de su entronización. Además del patriarcado maronita (libanés), los otros patriarcados orientales son el caldeo (iraquí), el copto (de Egipto y Avicina), el armenio, el siriaco melquita y el Sirio malabar (sirios) y el latino (para más información www.bkerke.org.lb).+

domingo, 14 de abril de 2013

El rastro de Aparecida

El Papa Francisco es un hombre de gran capacidad política. Pero cuidado con confundirse: me refiero a  la política arquitectónica y al servicio del gobierno de la Iglesia y de su acción pastoral. No a la política agonal y partidista. Como dirigente, como líder, Jorge Bergoglio es un gran pastor.
Buscar claves políticas en el Documento Conclusivo de Aparecida, que regalara a la Presidente en su encuentro cumbre, es ciertamente correcto. Pero sería equívoco si se pretendiera encontrar exclusivamente allí pautas concretas y censuras dirigidas a la acción del Gobierno Nacional.
Esto no quiere decir que no tenga posiciones políticas, pero éstas no deben contaminar su acción pastoral. Como dice Aparecida, con la preocupación por la vida plena para el hombre en el centro.
Aparecida es un documento grato de leer. Como todas las publicaciones de su antecesor, Benedicto XVI,  sus textos apuntan al fondo de las cosas. No tienen tramos, salvo rara expceión, que parezcan ser "de relleno" o de compromiso.
Aparecida ya es una síntesis por lo que me limitaré a hacer un breve comentario.
La primera observación es que, si bien no es un texto del entonces cardenal porteño -aunque era el relator y tenía la tarea de la redacción final-, se manifiestan aquí claramente los postulados clásicos de su predicación.
Pero es manifiesta la intención del episcopado latinoamericano reunido en aquella conferencia general de ir más allá de las fronteras católicas y de recuperar terreno a la secularización. También frente a las otras iglesias, aunque hay para con ellas un trato mucho más misericordioso y fraterno.
Aunque hace muchas concesiones discursivas, Aparecida nunca abandona la ortodoxia doctrinaria; como en Medellin cuya enmienda de Puebla preocupó a Juan Pablo II. El hecho de que seis años después, Francisco lo siga blandiendo es ilustrativo de la importancia que el actual Sumo Pontífice le dió  a aquella reunión episcopal que sentó las bases de la ahora proclamada colegialidad. No en vano visitará el santuario de esa popular advocación brasilera al llegar a suelo sudamericano por primera vez luego de coronado con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud.
El documento está centrado en la renovación de una acción misionera centrada en el encuentro personal con Jesús. Tal como lo pedía Benedicto XVI. Consecuentemente esa pastoral estará orientada a los más pobres, a los vulnerables, a los débiles. A esos que relejan "el rostro sufiriente de Jesús". Con un mensaje tan humanizado como "inculturado". Aparecida tiene particular preocupación por la religiosidad popular y por los pueblos originarios.
Enumera y dirige todos los recursos eclesiásticos a la acción pastoral.
Considera, como hizo Bergoglio en Buenos Aires, el dialogo ecuménico e interreligioso a su favor en la batalla contra la secularización, el relativismo y el consumismo.
Traza, desde allí, una división entre los cultores de una vida plena y los falsos profetas de una cultura de la muerte. Esa parece ser la jugada magistral: utilizar la mayoría católica para encolumnar al resto en ese proceso de evangelización cultural. Pero evitando caer la profunda huella que dejaron los que profesan pero no practican la fe en Cristo. Es imperioso resignificar y hacer nuevas las cosas.
Por eso evitará posiciones conservadoras, criticará -como hace el Magisterio desde hace más de un siglo- los excesos del capitalismo y no tendrá pruritos en sentarse con los recaudadores y las prostitutas, como hizo Jesús en su tiempo. Pero no será funcional a los poderosos. Como hizo en Buenos Aires, no callará nada de lo que tenga que decir para defender el derecho del hombre a una vida plena. Y la democracia republicana, como dijeron los obispos argentinos hace treinta años, es el camino.+

sábado, 6 de abril de 2013

El Beso de Dios

El día previo a la elección de Mons. Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice algunos tuvimos el privilegio de recuperar la sede de su Obispado porteño, la Catedral de Buenos Aires, que había sido tomada por jóvenes de una agrupación comunista que reclamaban por la educación pública. Fue un hecho extrañísimo.
Recuerdo que, además de unos pocos activistas algo alterados, había otros dirigentes muy respetuosos dispuestos estratégicamente, que rezaban al son de quienes trataban de mantener la normalidad de los oficios y unas pocas decenas de gente muy humilde que no hacían otra cosa que honrar a la casa de Dios con su visita.
De hecho, el improvisado operativo consistió en hincarnos a rezar. Al tomar consciencia de lo que estaban haciendo, la mayoría de los ocupantes apuraron su salida sin poder ser contenidos por los chicos y chicas de pañuelo y brazalete rojo. Hasta que, ante la inminencia del fracaso, decidieron levantar la toma.
Una vez liberada, cerramos la puerta y nos quedamos del lado de adentro. Mientras buscábamos una salida alternativa me encontré con dos mujeres, una de las cuales resultó ser conocida de mi familia. Pero antes de saberlo, lo primero que me dijo fue: "No existen las casualidades" y, por coincidir en semejante episodio, me regaló el que dijo ser el primer libro editado por su editorial talita kum: LECTIO DIVINA, el beso de Dios a su pueblo creyente, escrito por el padre trapense Bernardo Olivera.
El libro es una linda manera de preparar el encuentro con Jesús vivo, algo tan recomendado tanto por Francisco como por Benedicto XVI en los últimos años, y por los obispos latinoamericanos en Aparecida.
Olivera recomienda contemplar al señor partiendo de la lectura. Cree que hacerlo con el Evangelio del día es una muy buena manera de empezar a hacerlo. Luego, explica que hay que leer el texto, comprenderlo en sí mismo y contextualizarlo, reflexionar sobre lo que nos quiere decir en este momento, hablarle a Dios y hacer un profundo silencio para escuchar lo que efectivamente El quiere expresarnos. Entiende que una conversación así no puede durar menos de 20 a 30 minutos.
Su lectura y la práctica de sus consejos me dio gratos momentos esta Semana Santa, y espero que me los siga dando en el futuro.+