Me gusta lo que dice de Bergoglio en Aparecida: creaba ambiente, generaba confianza y tejía consensos, y el concepto doctrinario cuasi peronista de una teología que se sitúa entre el marxismo y el liberalismo.
"Y todo lo que pidas en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Jn 14, 13
domingo, 27 de octubre de 2013
Teología del Pueblo
Me gusta lo que dice de Bergoglio en Aparecida: creaba ambiente, generaba confianza y tejía consensos, y el concepto doctrinario cuasi peronista de una teología que se sitúa entre el marxismo y el liberalismo.
miércoles, 23 de octubre de 2013
El Precio de la Vanidad
Una trampa de cine para capturar a uno de los piratas más temidos de Somalia
El somalí Abdi Hassan viajó voluntariamente a Bruselas creyendo que saldría en un documental
La vanidad le ha costado muy cara al pirata somalí Mohamed Abdi Hassan, uno de los más buscados del mundo, e implicado en su día en elsecuestro del atunero vasco Alakrana, según sospecha España. Las autoridades belgas lo detuvieron el pasado sábado tras haberlo atraído hasta Bélgica con una falsa promesa: participar en una película sobre su vida. La jugada maestra requirió meses de negociación en los que un grupo de agentes se hicieron pasar por artífices de ese supuesto documental para seducir al pirata. Nada más poner un pie en el aeropuerto de Bruselas, fue detenido por delitos de secuestro, crimen organizado y piratería.
La peculiar estrategia de las autoridades belgas ha dado fruto, aunque han sido necesarios meses de dedicación. La Fiscalía decidió infiltrar a agentes en esta misión cuando tuvo claro que una orden internacional de arresto no lograría detener a Hassan, conocido como Afweyne (bocazasen somalí), ni a su compañero, Mohamed M. A, alias Tiiceey, que viajaba con él con la promesa de participar también en el documental. “Tras iniciar pacientemente una relación de confianza con Tiiceey y Afweyne, que llevó varios meses, los dos estaban preparados para participar en este proyecto”, detalló el fiscal federal belga, Johan Delmulle, el pasado lunes.
Afweyne había decidido recientemente abandonar la piratería tras años de dedicación. La forma en que anunció al mundo su retirada del oficio da pistas sobre la vanidad de este personaje, decidido a dar rienda suelta a sus ansias de notoriedad en el mundo del celuloide. “Hemos estado en este sucio negocio durante mucho tiempo, pero experimentamos su amargura y sus consecuencias negativas. Yo y otros camaradas hemos decidido dejarlo”, dijo solemnemente en una ceremonia pública celebrada a principios de enero en una región del centro de Somalia.
Pese a acumular una docena de delitos a sus espaldas, según estimaciones de la ONU, el pirata pretendió incluso redimir a otros: “También me gustaría animar a muchos de mis colegas a renunciar también a la piratería, y entregar cualquier material que tengan: naves, armas…”, aseguró sin pudor en enero.
Y en esa fase de arrepentimiento le llegó la falsa posibilidad de contar su lucrativa vida en alta mar, al frente de secuestros millonarios en las costas de África oriental. Con ese sueño entre manos se subió a un avión en Nairobi que lo dejó en el aeropuerto internacional de Bruselas. Allí lo esperaba la justicia. Tanto Afweyne como su cómplice están ya en prisión preventiva y probablemente presten declaración hoy mismo.
Aunque lo ha apresado Bélgica, la detención tiene gran importancia para España. La Audiencia Nacional no confirma que Afweyne estuviera detrás del secuestro del Alakrana, pero sí tiene constancia de que, en aquel momento, en 2009, era el jefe de la zona donde fue retenido el atunero, al norte de Mogadiscio, informa María Fabra. Los 36 tripulantes de este barco permanecieron 47 días frente a las costas somalíes.
Bélgica lo buscaba por el secuestro de un barco de esa nacionalidad —más prolongado que el español— que se produjo en el mismo año cerca de las costas de Somalia. Los secuestradores retuvieron a la tripulación durante 70 días en condiciones “inhumanas”, según la Fiscalía belga. El delito se saldó con dos piratas detenidos y juzgados, a 10 y nueve años de prisión respectivamente, pero las autoridades belgas tenían la sospecha de que eran meros ejecutores de los planes que otros orquestaban. Y esos otros cometieron el error de aspirar a convertirse en estrellas de cine.
La ingenuidad de los dos piratas demuestra en buena medida hasta qué punto tenían sensación de impunidad a pesar de sus delitos. El denominado Bocazas vivía protegido por los gobernantes somalíes, según Naciones Unidas. Sus expertos acusan a un expresidente de ese país de haber extendido un pasaporte diplomático al pirata, con lo que tenía amplia libertad de movimientos. Y gozaba del favor de grandes líderes de la zona, como el libio Muamar el Gadafi, que lo invitó a los fastos de conmemoración de sus 40 años en el poder. De no haber sido por el engaño, la justicia belga habría tenido pocas posibilidades de cazar a los dos presuntos delincuentes.
La defensa menos pensada
Sin dogmas políticos
La fe está por encima de las ideologías
Los gestos del Papa hacia la Teología de la Liberación deben entenderse como un intento de dar por superados los desencuentros del pasado
Por Roberto Bosca | Para LA NACION
En el bullente escenario del nuevo pontificado, algunos puntos son especialmente sensibles y poseen una capacidad de estruendo que provoca una resonancia de mayor intensidad en la sociedad mediática. Uno de ellos es el de la Teología de la Liberación, un asunto con olor a pólvora.
El caso es que algunos datos, como la visita del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez -nada menos que el padre de la criatura-, o incluso ciertas expresiones ("Iglesia de los pobres", "jamás he sido de derecha") han erizado la piel de integristas, fundamentalistas y tradicionalistas, pero también la de muchos fieles cristianos de sensibilidad conservadora.
La contraofensiva ha comenzado en las ciudadelas más radicales, como el lefebvrismo, pero también entre quienes se resisten a abandonar una cultura a la que han acomodado su propia fe. Las acusaciones de ingenuidad, temeridad, ambigüedad, imprudencia, sospecha, claudicación, e incluso traición, habrán así de multiplicarse.
Esta nueva actitud reactiva replica la protagonizada a partir de fin de los años sesenta por el liberacionismo y su eje común reside en que ambas han construido una ideología de la fe. El carácter dogmático de la ideología les confiere un sentido incluso, ocasionalmente, sustitutivo de lo religioso.
En ambos casos a derecha y a izquierda, los elementos culturales han sido categorizados por encima del dato teológico, introduciendo signos extraños a la pureza o a la ortodoxia de la misma fe.
La instrumentación de la política mediante una creencia religiosa o, inversamente, de la creencia religiosa mediante un criterio político constituye el vicio del clericalismo, frecuentemente padecido por los cristianos a lo largo de su transitar en la historia, que el papa Francisco ha criticado en más de una ocasión.
Su antecesor Benedicto agotó su paciencia para llegar a un acuerdo sobre el significado mismo del Concilio Vaticano II y abrir a la derecha un camino de reconciliación e incluso de regreso a la Iglesia. Ahora, Francisco invierte el signo, pero lo hace con la misma función pastoral.
Han transcurrido más de cuatro décadas desde que la Teología de la Liberación rasgó como un rayo el sereno cielo eclesiástico. Tratándose de un asunto complejo, no faltaron malentendidos y simplificaciones que suscitaron situaciones pintorescas, pero también trágicas.
El nuevo cuadro eclesial acredita preguntarse si el Papa no habrá considerado que, tras casi medio siglo en el que ha pasado mucha agua bajo el puente, acaso haya llegado la hora de dialogar con el otro, a quien se consideraba el malo de la película.
En una mirada ideológicamente desprejuiciada y objetiva, la figura de Jesucristo resiste su ubicación a la derecha o a la izquierda, y no puede identificarse con una actitud integrista o progresista, sino que en sus dos brazos abiertos en cruz incluye a todo el género humano.
Con esta nueva instancia inaugurada en la vida de la Iglesia, podría arribar también un momento de purificación y de integración, y hay motivos para preguntarse si los cristianos no enfrentan una providencial ocasión histórica para superar esas categorías que no le han hecho un bien al mensaje del fundador.
Un diálogo con el otro distinto o el reclamo de una Iglesia despojada de superfluidades no significa otra cosa que apuntar a lo esencial. Pretender una actitud ambigua o claudicante en el querer desprenderse de ciertas adherencias culturales que no representan propiamente la fe, sino que a veces involucran verdaderas frivolidades (como el color de un par de zapatos), podría constituir un verdadero error de perspectiva.
Cuando sobrevino el movimientismo revolucionario francés de cuño liberal, el magisterio eclesiástico condenó su antropología contraria al concepto de persona tal como lo sustentaba la tradición cristiana, pero con el paso del tiempo es la misma Iglesia la que ha reconocido como propias sus intuiciones legítimas, como la libertad, la igualdad y la fraternidad.
¿Se propone ahora Francisco valorar los aportes igualmente legítimos del socialismo, como confusamente lo intentaron en los años 70 los teólogos de la liberación? Esta posibilidad hace del momento actual una instancia sugerente.
Si se han de poner los puntos sobre las íes, hay que decir que la Teología de la Liberación no es un movimiento homogéneo, sino surcado por una diversidad de elementos muy distintos e incluso opuestos. No hay una Teología de la Liberación, sino muchas. De ahí que no sea posible trazar un juicio unívoco sobre ellas.
Pero hay que puntualizar también que la Teología de la Liberación como tal nunca fue condenada por la Iglesia. En efecto, ninguno de los dos documentos en los que, a mediados de los años 80, la Santa Sede trató a fondo la cuestión -con la intervención del entonces cardenal Joseph Ratzinger- consideró tal posibilidad.
La pura verdad es que el primero de esos documentos sólo puntualizó algunas objeciones, fundamentalmente sobre la utilización del análisis marxista (que no tuvo un carácter general), y el segundo confirmó que la liberación, no sólo la liberación del pecado sino de sus consecuencias temporales, es una misión esencial de la Iglesia.
De este modo, la descalificación de la Teología de la Liberación que muchos cristianos realizan en términos absolutos aún en nuestros días debe explicarse por su ligereza, sus preconceptos o su desconocimiento de la cuestión, o bien por otorgar a sus opiniones personales un valor superior al del propio magisterio eclesiástico, sin descartar una lisa y llana mala fe.
Pero eso no es todo. Varios aportes de las corrientes liberacionistas, luego de depurados sus aspectos ambiguos o inconciliables con la doctrina del propio magisterio, han sido incorporados a él. Interpretarlos de un modo simplista como una infiltración de izquierda en la doctrina de la Iglesia representa un desconocimiento del más puro mensaje evangélico, una instrumentación ideológica de la fe cristiana, y constituye, en definitiva, una verdadera falsedad.
Pueden darse varios ejemplos: la opción por los pobres, las estructuras de pecado, el pecado social, la Iglesia de los pobres, la dimensión política de la fe e incluso el mismo concepto de teología de la liberación. Todos estos contenidos teológicos se entroncan con el más puro corazón del auténtico cristianismo y, ciertamente, ellos estaban ahí presentes, pero gracias a la Teología de la Liberación se han podido ver con más hondura y claridad.
En la historia del cristianismo las herejías han tenido también un efecto saludable porque han permitido que asomen aspectos de la fe que no habían sido advertidos o habían sido olvidados u oscurecidos, y así, el patrimonio religioso se ve enriquecido: del error surge la virtud.
Hay que reconocer que los cristianos han dado un espectáculo lamentable cuando en los años 70 se enfrentaron a tiros, matándose unos a otros. Todo eso ahora ha quedado atrás y el Papa parece querer invitar no sólo a los fieles, sino también a todos los hombres de buena voluntad a unirse en la construcción de una sociedad más justa y más humana, sin preguntarles si son de izquierda o de derecha.
Los cristianos que comparten una misma fe gozan de una legítima libertad en materia política, por la cual, en el amplio marco de la doctrina social expresada por el magisterio eclesiástico, pueden elegir distintas opciones igualmente válidas, todas ellas situadas en diversos lugares identificados tanto en la izquierda como en la derecha.
Con su nuevo estilo fundamentalmente inclusivo que remueve las mentalidades farisaicas en la Iglesia, el Papa invita ahora a todos a dejar de insistir en estas categorías como si fueran absolutos morales, a sacudirse una pesada carga de rencores, prejuicios y desconfianzas y a comprender que, por encima de ellas, hay un núcleo fundamental que puede deshacer, si ellos quieren, cualquier división entre los hombres. Algo muy sencillo de comprender, pero no tan fácil de vivir.
El Papa ha leído los signos de los tiempos y asume la radicalidad del mensaje evangélico. Ahora el mundo espera de los cristianos esa misma fidelidad a su identidad fundamental. Todo un desafío para quienes han asumido la vocación esencial del cristianismo, que es el lenguaje universal del amor.
© LA NACION.
La Fachada de la Santa Casa de Ejercicios
Foto: infobae.com |
lunes, 14 de octubre de 2013
Una Iglesia para los Pobres
La Pobreza de Jesús
Sorpresas que no deberían ser
Estimados socios y amigos:
Club Gente de Prensa
Buenos Aires, 11 de octubre de 2013
Cuánta delicadeza hay en el Santo Padre ante cada persona. En especial, los niños, viejos y enfermos, los predilectos del Señor y del Papa. Cuanta personalización y delicadeza en cada gesto, en cada encuentro, en cada mirada a todos, sin distinción.
Enviado por Olga Muñoz (mt-comunicaciones@fibertel.
Queridos amigos del Club:
He vuelto de Roma una ciudad que amo, donde estuve 10 días.
Hermoso todo, hermoso volver a encontrarme con nuestro Papa Francisco. Primero lo encontré en la calle.... donde mis ojos fueran, en todas las vidrieras “della vía della de Concilazione”, ahí estaba Francisco siempre sonriente, saludando, bendiciendo, desde carteles gigantes callejeros, o desde la entrada a galerías de arte religioso, librerías, siempre Francisco. Destaco que fue una sensación hermosa, ya que al viajar sola por trabajo, esa sonrisa y ese rostro conocido, del que fuera nuestro arzobispo, acompaña e impacta.
No sé si todos están al tanto pero desde el 2004 con unas amigas realizo UN ROSARIO POR LA VIDA y desde el principio Monseñor Bergoglio me alentó, acompañó con sus consejos, guió este Rosario, que se realizó primero en una plaza frente al Ministerio de Educación y en los años subsiguientes en Nuestra Señora del Pilar. En el 2011 y 2012 UN ROSARIO POR LA VIDA se rezó en la Catedral de Buenos Aires, y Monseñor Bergoglio celebró la Santa Misa.
Poder verlo nuevamente fue muy emotivo para mi, asistí a la Santa Misa en Santa Marta rece por todos, familia, amigos, el club, por nuestra amada Argentina y sus ajetreada política. ¿Saben cuál fue la homilía de ese día? Los políticos y nuestra postura de cristianos, algo que me toca muy de cerca, ya que frecuento bastante a nuestra dirigencia por la defensa que hago de la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural, en el Congreso de la Nación. Entre otras cosas nos decía: “Los ciudadanos- observó el Papa- no pueden desinteresarse de la política:
Ninguno de nosotros puede decir: "Yo no tengo nada que ver con esto, son ellos los que gobiernan... No, no, yo soy responsable de su gobierno y tengo que hacer lo mejor, para que ellos gobiernen bien y tengo que hacer lo mejor por participar en la política como pueda." La política - dice la Doctrina Social de la Iglesia - es una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común. No puedo lavarme las manos, ¿eh? ¡Todos tenemos que dar algo!”
Acreditada en la Sala Stampa de la Santa Sede, pude apreciar cómo viven nuestros colegas a este Papa, que los descoloca, los hace correr porque puede aparecer en cualquier lugar, y los hace estar muy atentos, porque lo que dice es nuevo para ellos, es muy humano, y nada protocolar, porque lo que dice es vida, y como la vida siempre une lo tradicional al asombro de lo nuevo que nace.
Todos están deslumbrados, y asombrados de cómo su presencia arrasa donde aparece. Se hablaba de que lo vieron al anochecer en la calle reclamando, por la diversidad de precios en similar artículo en los negocios cercanos y visitando a los pobres de Roma.
En mis días en Roma pude asistir a una Audiencia pública, lo que viví emocionante. La gente comenzó a acercarse a la Plaza de San Pedro alrededor de las 5 hs de la mañana; pude escucharlos y verlos desde los ventanales de la residencia donde me alojaba, que estaba a dos cuadras de San Pedro, y era uno de los lugares de entrada a la misma. La audiencia comenzaba a las 10,30 hs en que entró el Papa Francisco. Todo era júbilo, alegría, vítores al Papa, le cantaban, lo aplaudían un fervor que en otras visitas a Roma no presencie. Los peregrinos seguían con sumo interés el recorrido, se asombraban de cómo se paraba a escuchar a la gente, saludar, besar a los niños que le alcanzaban y luego el silencio al comenzar la Santa Misa, donde Jesús nos estaba aguardando en el altar. Fue maravilloso, repito.
También pude asistir al Angelus del domingo, bajo una lluvia torrencial, con truenos y relámpagos desde temprano, pero de igual forma con una plaza colmada de gente, que aplaudía al Papa con fervor. Nada que envidiar a la Audiencia Pública, a nadie parecía importar la lluvia, todos estuvieron firmes en la plaza hasta que Francisco apareció, habló, rezó. La gente estaba mojada pero feliz, de haberlo visto escuchado, y rezado con el Papa que vino de tan lejos. Encontré argentinos, nos identificamos por la bandera que todos habíamos llevado y por el lío que armamos, algo que, conversando, comentó Francisco, él sabe dónde están nuestros grupos porque parecemos siempre miles. Señal de que seguimos su consejo: “hacer lío”. Unos momentos antes de partir me fui hasta San Pedro a rezar ante los restos de quien fuera Juan Pablo II, ahora Beato, que fue trasladado pegadito a la Piedad, entrando a la basílica a la derecha ¡¡Que paz que serenidad, podemos alcanzar en la oración, mas allá de todo el barullo de nuestras actividades, cuando nos entregamos, cuando dejamos de ser nosotros,…!! No cuentan los espacios, las distancias, solo el Señor basta….
Tomé el avión y ya estoy acá en la querida Buenos Aires, en familia. Avísenme cuando hay reunión del Club, espero este año poder cumplir y asistir ya que con mi estreno de abuela estuve un poco complicada en mis horarios.
Beso a todos, Olga Muñoz
sábado, 12 de octubre de 2013
Alice Munro, Nobel
La “Chéjov canadiense” se despertó con el Premio Nobel
domingo, 6 de octubre de 2013
El servicio de Cáritas según Jorge Bergoglio
Durísimas palabras del entonces Cardenal Primado de la Argentina y Arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge Bergoglio, sobre el servicio de Cáritas. Dedicado a quienes se sorprendieron con el Papa Francisco.+
sábado, 5 de octubre de 2013
Cegado por el odio
ATAQUE A LA IGLESIA SAN IGNACIO DE LOYOLA
"Mi intención no es obtener perdón", dice el alumno que lideró los destrozos
PERFIL accedió a la carta que escribió uno de los cinco jóvenes que dañaron la parroquia. Qué hará. Por Cynthia de Simone.
Aclaración, escribo así corte bonito porque mepa que evita dar lugar a confusiones, no porque me crea la Reina Isabel. En primer lugar diré, para no ser tomado por cagón, que si no estoy leyendo esto en persona es no sólo por el pedido expreso de varios compañeros y amigos de no aparecer, sino en verdad por una necesidad propia de darme un tiempo para meditar, encontrarme y seguir camino. En segundo, que no busco con esto excusarme ni quedar bien parado, sino ser fiel a la realidad, dar una explicación a aquellos muchos que la han pedido y dar fuerza para los tantos que aún mantienen la lucha.