sábado, 24 de enero de 2015

Feancisco: la familia "no es una institución en crisis"

El papa Francisco consideró, a través de un texto, que el uso de los "medios de comunicación más modernos" puede impedir la comunicación dentro de las familias, en un mensaje dirigido a "los más jóvenes". El pontífice aludió a que los "medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre las familias". El papa se expresó de esta manera en el texto publicado con motivo de la celebración, el próximo 17 de mayo, de la cuadragésimo novena Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y que adelantó la Santa Sede. "La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que el silencio es parte integrante de la comunicación", agregó. Jorge Mario Bergoglio consideró que sin el silencio "no existen palabras con densidad de contenido". Añadió que esos "medios de comunicación más modernos" pueden favorecer la comunicación en las familias "si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro". En su mensaje difundido, Francisco defendió que la familia "no es una institución en crisis" y dijo que los medios de comunicación tienden a presentarla como un "modelo abstracto" cuando es "una realidad concreta". "Es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no solo un problema o una institución en crisis", dijo. "No existe la familia perfecta", sostuvo el papa, para quien "los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir".

domingo, 11 de enero de 2015

Yo no soy Charlie

Yo no soy Charlie.
Valoro la libertad de expresión hasta el punto de respetar al que agrede o se burla agresivamente de mis creencias o de las de otros.
No justifico que se haga nada en su contra. No justifico la agresión ni, bajo ningún concepto, el asesinato.
No quiero ofender ni molestar a nadie.
Entiendo y comparto el uso del cartel (je suis Charlie) como una sana reacción espontánea contra el terrorismo.
Abrazo a todos los sobrevivientes y a sus familiares ya amigos, y rezo por las víctimas de esa espantosa matanza.
Me solidarizo con los franceses y europeos, y ruego porque estas barbaridades no se produzcan nunca más, ni allá ni en ninguna parte.
Pero no me siento identificado con el humor periodístico de la revista Charlie Hebdo.
Es cierto que con el humor hay que ser particularmente considerado, porque el arte tiene mecanismos que no son lineales. 
Pero también el arte tiene un límite democrático: el respeto a los demás.
Invito a todos a repensar las bondades de la libertad religiosa y en el valor de la tolerancia.
Por todo esto, con el dolor en mi alma y para evitar confusiones, repito: yo no soy Charlie.+