sábado, 18 de junio de 2016

Un despertar campestre


Ha sido tan placentero como esperanzador leer “El despertar de la señorita Prim” (Planeta, 2013), la primera novela de Natalia Sanmartin Fenollera ((Pontevedra, Galicia, 1970), una periodista especializada en Economía, que ejerce como jefa de “Opinión” en el diario “Cinco Días”.
En una entrevista concedida a un blog literario de tenerife Sanmartín, además de manifestarse defenosora de Mujercitas y fanática de las novelas de Jane Austen, reconoce lecturas poco habituales en una joven, como John Henry Newman, G. K. Chesterton, C. S. Lewis y "la Biblia, siempre la Biblia", entre muchas otras lecturas literarias.
La autora plantea una utopía en San Ireneo de Arnois. Un sitio en donde imperan la belleza, la armonía, los valores tradicionales, la ternura, el ritmo pausado y la austeridad; un lugar en donde la familia tiene el rol principal en la educación de los chicos, y se imparte en las casas. Hay definiciones de una microeconomía. Pero lo que es más visible es la crítica al posmodernismo.
Ella sitúa a esa utopía como un regreso al campo, en la forma de pequeñas poblaciones rurales.
Termino esta entrada con la frase de Newman con la que empieza el libro: “Creen que añoran el pasado, pero en realidad su añoranza tiene que ver con el futuro”.+

En una entrevista publicada por otro blog literario, expone lo que cree que son las razones por las cuales varias importantes editoriales se disputaron la edición:

P.- ¿Por qué tantas editoriales internacionales han mostrado verdadero interés por tu libro?

Creo que confluyen varios factores:

– La historia es europea, transcurre en un pueblecito que está al norte de Francia, es un canto a la vieja cultura y tradición europea, al estilo de vida que ha reinado durante siglos en Europa, no se trata de una novela local, y además es fácil identificarse con la historia que se cuenta.

– Obviamente trata de que vivimos en un mundo lleno de ruido (exterior e interior) y la idea de que en el camino alocado que hemos emprendido durante los últimos años, no hemos sido conscientes de haber perdido cosas esenciales. Con independencia de la crisis, hay algo en el estilo de vida moderno que no está adaptado a la escala humana, que es estruendoso y desmesurado, que no funciona.

– Es una novela luminosa, que reivindica la búsqueda de tesoros como la belleza, el bien, la verdad, la amistad, la cortesía, la literatura, la delicadeza, el tiempo, la educación… y sobre todo en un momento oscuro como el que estamos viviendo.

– El último factor, el buen trabajo de un agente, esencial e indispensable para una novela inédita.

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