viernes, 8 de mayo de 2020

Bisagra del Siglo XX


En el centenario de su nacimiento podemos decir que San Juan Pablo II fue una bisagra para el siglo XX.
Si el Concilio Vaticano II coincidió con el fin del poder terrenal de la Iglesia Católica, el pontificado del polaco fue el que puso en evidencia la capacidad del liderazgo espiritual y la relevancia que puede alcanzar el mensaje cristiano y la acción pastoral.
Esto quedó en evidencia con el atentado contra su vida el 13 de mayo de 1981. En primer término, porque el intento de acabar con él demuestraron la importancia; por otra parte, la alegre fortaleza con la que soportó los sufrimientos físicos y la esperanza contenida en el perdón al agente que gatilló contra su vida reflejaron una grandeza inimaginada en un mundo dominado por el materialismo, el hedonismo y el consumismo.
Karol Jósef Wojtyla nació en un pueblo cercano a Cracovia (Polonia) el 18 de mayo de 1920. Hasta su Papado vivió gran parte de su vida entre las dos grandes guerras y la dominación soviética, con el breve interregno de la invasión nazi.
Aún cuando el polaco es un pueblo profundamente católico, su sacerdocio y posterior obispado se desarrollaron bajo el signo de la persecución.
Tal vez por eso supo manejarse en un mundo en el que la Iglesia había dejado de ser central.
Tal vez por eso comprendió que modernizar, aligerar o dosificar el mensaje cristiano era debilitarlo ante el advenimiento  de las nuevas tendencias secular y laicista.
Tal vez por eso entendió que su carisma personal era el mejor modo de hacer atractivo un mensaje que empezaba a competir con los placeres mundanos y con la comodidad de la vida moderna.
Tal vez por eso fue fiel a las tradiciones milenarias de la Iglesia.
Tal vez por eso la gente, y especialmente los jóvenes, lo amaron.
Tal vez por eso mismo el poder lo respetó.
Tal vez por eso fue un elemento clave para terminar de derribar el muro que dividía al mundo.
Tal vez por eso pudo atraer la atención de los prelados latinoamericanos que se empezaban a dejar encantar por el romanticismo de las ideologías.
Seguro que por todo eso atentaron contra él.
Una película narrará la vida de quien el pueblo reunido en la Plaza San Pedro pidió que fuera "¡Santo Subito!"
Cuando los nazis cerraron la universidad, en 1939, tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania. A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, acudió al seminario clandestino de Cracovia. Sin perjuicio de eso, fue uno de los promotores del también clandestino "Teatro Rapsódico".
El 16 de octubre de 1978 fue elegido Papa. El 2 de abril de 2005 volvió a la Casa del Padre a gozar de la plenitud de la paz eterna.+)