domingo, 6 de septiembre de 2020

Si se acabara el mundo...


Somos perfectamente concientes de la fragilidad de la vida, ya que está plagada de sucesos que nos recuerdan su carácter mortal. Ahora es el Coronavirus; allá por los 80 fue el botón rojo.

En el colegio y en casa rezábamos todos los días durante años por la paz en el mundo, que estaba en pánico por la posibilidad de que Estados Unidos o la Unión Soviética apreten el botón rojo que provocaría la segura devastación del planeta como resultado de la guerra nuclear.

Esa es la época en que el extraordinario escritor australiano Morris West escribió Los Bufones de Dios (1981). Se trata de una trama que se desarrolla en un clima de pesimismo por la Guerra Fría, tensiones derivadas por una acción terrorista aleatoria y de vacilaciones derivadas de los cambios posconciliares en la cultura, que Morris West narra como pocos desde una atmósfera de inspiradora concepción católica.

La situación de partida es un Papa que tiene una visión del día después a la deflagración. Meditaba en un jardín vaticano y, al abrir los ojos, se encontró en un paisaje lunar y sintió el mandato de contarselo al mundo. Decidió escribir una encíclica, pero los cardenales lo hacen abdicar. Ahí empieza la aventura de este Pontífice emérito que intenta superar el cerco que le imponen para hacer que el mundo reflexione.

Es notable que un libro que haya podido abordar los temas del Fin del Mundo y la Parusía al mundo ochentoso haya pasado desapercibido en Buenos Aires. Son pocos los que lo han leído. Ciertamente, no es el mejor de sus libros y es probable de haya sido censurado, ya que venía de escribir Proteo, sobre el Terrorismo de Estado en la Argentina.

Para quien quiera reflexionar sobre el fin de los tiempos, va a encontrar en Los Bufones de Dios una obra gratamente soprendente.+)

miércoles, 2 de septiembre de 2020

El músico sordo

La música es una expresión del alma. La alegría y la libertad son los valores más destacados en las composiciones de este grandísimo compositor musical, director de orquesta y pianista, nacido en Bonn, pero que vivió en Viena desde los 17 años hasta su muerte el 26 de marzo de 1827.

La Oda a la Alegría de la Novena Sinfonía ha colaborado siempre en la unión de los pueblos. No en vano fue elegido el Himno Oficial de la Unión Europea. También sonó a la hora del derribo del Muro de Berlín y de las protestas de TianAnMen, entre tantas otras oportunidades.

Como todos los grandes músicos de su época vivían de componer para la nobleza. Así como Jorge Luis Borges murió ciego, las grandes paradojas de la humanidad hacen que es considerado el más grande entre los músicos haya terminado sordo.

Desde la perspectiva nacional, nació el mismo año que Manuel Belgrano y murió siete años después. Vivió la Revolución Francesa, el imperio napoleónico y la Restauración Monárquica. Su música, en cambio, no tiene un correlato local.+