sábado, 31 de diciembre de 2016

Perseguidos en Occidente

La educada persecución contra cristianos en Occidente
AICA. Viernes 30 Dic 2016 | 12:11 pm
VIENA, Austria: Mientras los cristianos sufren una persecución violenta en países de Medio Oriente y África, en Occidente están expuestos hoy a otro tipo de opresión dirigida a eliminar la religión del espacio público. Así lo advirtió monseñor Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, en su intervención inaugural en la sesión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) el pasado 14 de diciembre en Viena.
Mientras los cristianos sufren una persecución violenta en países de Medio Oriente y África, en Occidente están expuestos hoy a otro tipo de opresión dirigida a eliminar la religión del espacio público. Así lo advirtió monseñor Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, en su intervención inaugural en la sesión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) el pasado 14 de diciembre en Viena. 
Aunque en Europa, reconoció monseñor Camilleri, no se producen las persecuciones violentas que se dan en otras partes del mundo, también ocurren “actos de vandalismo contra espacios religiosos y símbolos; contra cruces, imágenes y otros elementos religiosos, así como el robo y el abuso sacrílego de lo que los cristianos consideran sagrado. Estos no son solo ejemplos de falta de respeto, sino de intolerancia y en muchos casos actos delictivos cometidos con un motivo sectario”. 
El representante de la Santa Sede citó a Benedicto XVI para decir que “la religión no es un problema que los legisladores tengan que resolver, sino una contribución vital al diálogo nacional”. A este respecto, expresó su preocupación ante “la creciente marginación de la religión, en especial del cristianismo, que está teniendo lugar en algunas naciones que sin embargo hacen mucho énfasis en la tolerancia”. 
“Hay algunos que propugnan silenciar la voz de la religión, o al menos relegarla a la mera esfera privada. Hay quien quiere evitar la celebración pública de fiestas cristianas, como la Navidad, con el pretexto de que puede molestar a los de otras religiones o a los no creyentes”. “Actuar y hablar públicamente como un cristiano en la vida profesional nunca fue tan arriesgado”, dijo monseñor Camilleri. 
Estos ejemplos son parte de un “sentimiento anticristiano” que, como señaló Benedicto XVI, se basa en oponer “la libertad religiosa contra alguna noción genérica de tolerancia y no discriminación”. 
“Pero la tolerancia y la no discriminación –señaló– no deberían ser utilizadas o interpretadas de un modo que restrinja la libertad religiosa o de creencia u otras libertades fundamentales. La legislación antidiscriminación que niega la libertad religiosa o de creencia –y a menudo ignora el derecho de los cristianos a actuar de acuerdo con sus creencias e intereses– está en claro contraste con las exigencias de la OSCE”. 
Un cristiano nunca puede apelar a la libertad religiosa para incitar a la violencia contra los no creyentes, afirmó monseñor Camilleri. “Sin embargo, un predicador cristiano que respetuosa y fielmente enseña los principios religiosos y morales de su Iglesia está protegido por la libertad religiosa, incluso cuando la opinión mayoritaria se sienta incómoda con esta proclamación. Hemos de despertar la preocupación ante esta discriminación contra los cristianos incluso en regiones donde la opinión pública internacional normalmente espera que no se dé”. “A los cristianos, al igual que a los demás, se les debería permitir expresar públicamente su identidad religiosa, libremente y sin sufrir presiones para que la oculten o disfracen”. 
Esta intolerancia con el papel de la religión en la vida pública es lo que el papa Francisco llamó “la educada persecución de los cristianos”. En palabras del subsecretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados: “Con el pretexto de la ‘corrección política’, la fe y la moral cristianas se tachan de hostiles y ofensivas, y por tanto, como algo que hay que eliminar del discurso público”. “Este temor a que el cristianismo desempeñe su legítimo papel en el espacio público revela una visión ‘reduccionista’ de la libertad religiosa o de creencia, limitada a la mera libertad de culto”. 
La Iglesia, dijo ahora citando al papa Francisco, no pretende sustituir a los políticos ni ofrece soluciones técnicas a los problemas del mundo. Pero monseñor Camilleri citó diversos documentos de la OSCE donde se pide a los Estados que “incluyan a las comunidades religiosas en el diálogo nacional, también a través de los medios de comunicación. Por lo tanto, los Estados deberían apreciar las intervenciones de los representantes de las comunidades religiosas que dan sus puntos de vista –basados en convicciones morales que se derivan de su fe– sobre asuntos de la vida ordinaria y, en particular, en las disposiciones legislativas y administrativas de su país”.+ 

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