miércoles, 18 de julio de 2007

Flores de León

Fuí injusto con León. En Teología Rockera lo fustigué por su ligereza; lo califiqué de "new age". No sin motivo. Pero esta canción es una maravilla. Como el "Dar es dar" de Fito Paez. Tiene mucho contenido. Es una canción de culto. Musicalmente... y como poema.
"Todos los días un poco" tiene mucho que ver con este sitio. El estribillo es la clave. El clamor amoroso de León, apelando a figuras poéticas tan lindas, es una oda.



Todos los días un poco
(León Gieco)

Si una estrella más cayó,
este cielo llora.
Si nadie reclama luna y luz,
este mar ya se secó.

Si un beso es uno más,
esta boca espera.
Si una campana no suena,
el silencio se durmió.

Llaman y llaman
las flores al sol;
juegan, sin saberlo,
todos los días al amor.
Si no me llamás
como hace la flor,
te iré olvidando
todos los días un poco.

Si otro árbol desnudó,
el verano muere.
Si nadie le exige al viento,
esta nube aquí paró.

Si un año más pasó,
la vida es más corta.
Si no sacudes al tiempo
ni un intento queda en vos.

Llaman y llaman
las flores al sol;
juegan y juegan
todos los días al amor.
Si no me llamas
como hace la flor,
me iré muriendo
todos los días un poco.

6 comentarios:

Mk dijo...

"Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?"
(Juan 18:37-38)

Esta frase que vos, Hn, recalcaste de cuando viste "La Pasión" es la que busco en los que dicen; los que hablan de la vida y el mundo, en este caso desde sus canciones.

León, para mí, tiene canciones que se sumergen de espíritu, más allá de que él me parezca un mercader de ideologías. Como "Canción para Francisca". Esa canción muestra la humanidad, la femeneidad de una prostituta. "Bajo el sol de Bogotá", revisando la vida dura de esos comerciantes colombianos.

Quiero sacar algunas frases. "Viste de verde, viste de rosa, y se desviste muy silenciosa". No sé si hay una frase tan bien cantada sobre la coquetería de una mujer, intrínseca de su escencia femenina, y, en la misma frase, crudamente reflejada la indiferencia de quienes la visitan ("...y se desviste muy silenciosa"; no dice nada, nadie le dice nada, sus detalles de mujer se consumen como un atardecer por nadie visto). "Deja que el Gamin te tumbe un poco de lo que traes, esa es la unica forma que tienen para ganar...". Es una reconstrucción del poema de Antonio Gil: "Tiende tu mano al vecino, porque sí, por elegancia..."; "Deja que el gamín te tumbe un poco de lo que traes...".

León es un rudimentario intento por ser buenamente humano, corrompido por el temor a quedar fuera del estrado de los grandes compositores argentinos. Eso lo traicionó de muerte.

Rescato otra frase. "Y que me dicen de esa casa sola que se ve desde un avión, quizá en la soledad no haya dolor...". Es la misma figura que usa Saint Exupery en Vuelo Nocturno cuando intenta reflejar la soledad del piloto de correos de la Patagonia. La soledad, la indiferencia, como figuras importantes. El trabajo desvalorizado. La persona detrás de sus obras.

No me cae simpático León, pero como Víctor Heredia, extrayéndolos de sus ideologías, se pueden encontrar grandes valores. Eso me parece a mi.

Mk dijo...

Me quedó algo que decir. Algo que explicar de lo que puse.

Para mí la Verdad es lo que Es. Es Dios. Y Dios es lo que Es. Y Dios está en todas partes. Y Dios está en nuestro Prójimo. Entonces nuestro prójimo es Verdad, es lo que Es. No, no es Dios, sino que Dios está en Él. Está en nuestro prójimo, no Es nuestro prójimo.

Desde ese lugar, León me muestra a Dios cuando tuvo hambre y no le di de comer. Me amplía la visión sobre alguien que está preso de una situación, no de una manera elegante como lo diría Kafka en el proceso, sino de una manera cotidiana, corriente, vecina. "Estuve preso y no me visitaron". Me desvestí muy silencioso. Eso me gusta de las citas que recalqué de León. Que me habla de eso.

Mk dijo...

Pucha, qué escueto me parece lo que puse. Agrego solamente que la realidad del prójimo es la Verdad. Aunque esta sea ajena a Dios, esa verdad es Dios. Está en nosotros en ver en qué rincón de su corazón está sentadito un Cristo mirando a este prójimo que tal vez no tuvo la gracia de recibir la Fe para encontrarlo en donde otros lo visitan Glorificado, Resucitado.

He dicho.

Hernán Maurette dijo...

Genial, Mark, un placer leerte. Gracias. Ahora te comento: la ligereza que critico de León no es su poesía de pradera (como cuando describe a Francisca como "piel de canela, /ojos de pasto, /cabellos largos /y aliento a trigal), sino su pensamiento teológico. Su concepción divina es tan vaga como el humo de la foogata en el viento. Muy new age. Justo hoy venía oyendo una colección de Página 12 de cinco discos de León. Un lujo. Pero la protesta vacua de La Navidad de Luis, frente al acto amoroso de la mujer del patrón, molesta un poco.

Anto dijo...

León Gieco me contó una vez que la diferencia entre las vivencias de alguien que nació en la ciudad y de alguien que, como él, nació en el campo están en la manera en que se mira a la vida. La mirada campestre es amplia, lejana, solamente coartada por un montecito o una casa allá lejos.
A mi siempre me pareció que Todos los días un poco es algo así como la canción que todos quisiéramos escribir un día, porque la música y la lírica tienen no solo el entramado y la simbiosis perfecta sino que cada acorde y cada palabra permiten que el corazón se relaje y se deje vivir.
De León puedo elegit a Cachito, o Todos los caballos blancos - que ilustra un poco la visión campera del comienzo -, o Pensar en Nada, y En el país de la libertad, que es tan movilizadora como esta.
Otro día te escribo sobre Dar es Dar.

Hernán Maurette dijo...

Es imperioso que nos vuelques tu comentario sobre Dar es Dar. ¿Te lo hizo Fito?