sábado, 29 de junio de 2019

Fidelidad familiar al Sagrado Corazón de Jesús



Esta es una carta escrita este mes de junio por unos parientes míos sobre el “detente”.

El detente “de los Ayerza” es una réplica del que llevaba Toribio Ayerza, mi tatarabuelo, en su lucha durante las guerras Carlistas. Él estaba estudiando medicina en Madrid cuando estalló la primera guerra Carlista. Tomó parte por el partido de Carlos V, que defendían los valores católicos y tradicionalistas contra los isabelinos que tenían una visión más liberal y comulgaban con las ideas de la revolución francesa.
​En mi rama, tenemos por costumbre que los abuelos regalen ese detente a los nietos para su primera comunión. Por lo menos así lo hacía Laura Ayerza, mi abuela, con nosotros. También está la tradición oral que dice que Toribio recibió una bala en el pecho y pegó en la medalla y así salvó su vida.
​La veneración al Sagrado Corazón de Jesús nace en el S XVII en Borgoña, Francia después de una aparición de Jesús a Santa Margarita María Alacoque. Ella dice “Él (Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas.”
Más tarde, en el año 1872, el Papa Pío IX le concedió, una indulgencia de 100 días una vez al día a todos los fieles que usaran alrededor de sus cuellos este emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
​Durante la revolución francesa, los contrarrevolucionarios y defensores de la Fe cristiana lo usaban como emblema y distintivo de sus ideales cristianos. Esto hizo que mucho de ellos fueran decapitados. Si recuerdo bien, vos me contaste que muchos de los detentes de los mártires fueron recolectados y enviados a Mama Antula quien los volvía a repartir en Argentina.
​Durante las guerras Carlistas, quienes estaban en contra de Isabel II y de las ideas anticlericales similares a las de la revolución francesa tomaron el detente como un símbolo. Uno de los lugares donde más se apoyó a Carlos fue en el país vasco de donde era originario Toribio, o Aitoná como lo llamaban los nietos. El detente de Toribio en particular lleva en el reverso el sello “IHS” de San Ignacio de Loyola, vasco guipuzcoano como él.
​El Carlismo, a pesar de perder las guerras, siguió vivo como movimiento y durante la guerra civil española defendieron a “Dios, la Patria, los Fueros y el Rey” en contra del marxismo y a través de los valientes Requetés. Ellos también usaban el detente, muchos los bordaban a sus uniformes y otros los mostraban orgullosos abrochado en el pecho.
​Terminada la guerra Carlista, el padre de Toribio fue fusilado en la plaza por haber mandado a sus hijos a la guerra del lado Carlista y Toribio se va a Francia donde se recibió de médico.
​Más tarde emigra a Argentina donde rápidamente toma contacto con Martín Iraola, vecino de pueblo. Martín logra que Simón Pereyra, su amigo, interceda para que Rosas lo habilite a Toribio a ejercer la medicina en Buenos Aires. De la relación entre los Iraola, Pereyra y Ayerza surge una amista profunda que se materializa en innumerables enlaces matrimoniales en sus descendientes.
​Tengo la teoría de que Iraola era partidario de los Carlistas a pesar de estar en Argentina durante las guerras. Por lo menos su hijo, Leonardo, era simpatizante ya que, en 1887, ya finalizada la 3ra guerra Carlista, recibe en el puerto y luego en su estancia San Juan a Don Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria quien vendría a ser el sucesor de Carlos V. Ese día en San Juan estaban también Rómulo (bisabuelo de Gloria), Francisco (mi bisabuelo) y José Ayerza.
​Antes de morir Leonardo había expresado su intención de hacer una iglesia para venerar al Sagrado Corazón en sus tierras. Es por esto que luego de su muerte Antonia su mujer le encarga a Rómulo difícil la tarea de erigir una iglesia en un terreno que era particularmente anegadizo en Barracas. El templo fue consagrado el 16 de Agosto de 1908 por Mons. Gregorio Ignacio Romero, obispo auxiliar de Buenos Aires y capellán de la Juventud Carlista de Buenos Aires.
​Bueno, como verás, el Sagrado Corazón de Jesús siempre estuvo presente en nuestra familia y espero proteja la tuya a través del detente.+)


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