Babosádicos



Los Babasónicos tienen muchísimas referencias religiosas; desde el nombre mismo de la banda hasta llegar a las cuestiones por las que transitan las letras, piden a gritos un espacio en estas observaciones sobre la teología que contienen las letras del rock. Aunque no está claro si a éstos chicos de Lanús les interesa lo místico o si se quedan con lo mágico de las apariencias.
Babsónicos es un acrónimo que toma su primera parte de Sai Baba y la segunda, de los supersónicos. Uno estimaría que, al igual que aquella mítica visita de los Beatles al gurú oriental, los Babasónicos se movilizaron a la India para conocera este "Avatar", o encarnación de dios. Pero no. Ellos aseguran que haciendo zapping se encontraron con este llamativo personaje, cuyo pelo podría movilizar a la risa de un occidental distraído, y les atrajo tal vez su aspecto o sus referencias a la prescindibilidad religiosa de esta cuasi deidad. Lo más serio, entonces, sería lo sónico, ya que ellos lograron denominar a su generación musical como Rock Sónico. Hasta aquí son puro relativismo posmoderno noventista. D-generación, según su propia nomenclatura.
Yendo a las letras, es indudable que las menciones teológicas abundan; sin embargo, son mayoritariamente contradictorias o indescifrables para la ligera investigación y la cortedad de intelecto de este servidor. Cuesta pensar que no haya una búsqueda personal del sentido de la vida en Dárgelos, que es el autor de la mayoría de sus canciones. Pero no nos engañemos: en una entrevista periodística ofrecida a Clarín el 11 de junio de 2007, es el mismo Dárgelos quien afirma que “estoy pasando por un momento muy oscuro, como siempre antes de hacer un disco. Y siento que no tengo nada para decir. Cuando hablo es para aclarar o confundir respecto de algunas cosas de cada nuevo disco. Porque me gusta mucho el ‘confundismo’. La sospecha y el ‘confundismo’ son fundamentales en Babasónicos”.
–¿Qué es el “confundismo”?
Dárgelos: Es lo que genera la confusión. Nosotros somos los shaolines del “confundismo”, los maestros del delirio. Pero los momentos previos a componer un álbum siempre son oscuros, porque tengo que escucharme mucho a mí mismo, que es lo que más detesto. Y además, odio la expresión.
–¿Cómo es eso? ¿No te expresás en las canciones?
Dárgelos: No, yo no me expreso. Componer canciones no es expresarse, es fabricar un mundo que te contenga. No me gusta el estado en el que la gente muestra su subjetividad y cree que todo se trata de expresarse.
Relativismo posmodernista de los 90.
Rascando un poco en el fondo del tarro, podemos ver una serie de elementos que son significativos. Tal vez el más interesante es el carácter maléfico que se le suele asignar a las mujeres. Tura Satana, por ejemplo; la protagonista de "¡Viva Satana!", aparece en escena "montada en una lata de fuego. Deja estorbos de chispas por la carretera. Hace autostop en un rancho. Quema a todos, mata a todos: ¡un zafarrancho! No entiende de súplicas, menos de llantos". Tura, que es malísima, arranca mil hurras cuando hace un show de stripper: "¡Viva Satana, viva Satana!". "Hecha humo y furia, qué velocidad. ¡Es un relámpago! Lustra sus botas, refleja su frente en la eternidad del mundo negro. Manos violentas, guantes cubren garras, que pueden hundirte en un mar de cuervos, un tendal de espíritus quedaron atrás". Su acompasamiento musical es frenético y espectacular.
A "El Medium" la describe como "Voluptuosa pitonisa acercándose... No pertenecés a esta moral. Sos del más allá, de ningún lugar". Curioso aplicación del artículo "el" a lo que en rigor sería "una" medium.
De "Sheena Baby" dice que "su figura ofidia brilla con los truenos; baila en discoteca, repta en los pantanos... conoce la forma de chuparte el alma. Acecha a su presa, que vilmente engaña, te invita a su casa y te envenena, y a tu cuerpo frío rápido lo incendia. A veces yo no sé su plan macabro... ¡Que guacha! la mujer serpiente hoy se acuesta en tu cama... ¡que guacha! inmortal su alma en un rito umbanda. Hija de Satán y la Pacha Mama".
En el mejor de los casos, la descripción del dios del que es víctima "El Loco", "frágil, temperamental, díscolo y muy singular", que tomó su apariencia para ir a bailar a la disco del lugar, es muy terrenal y hedonista. El le responde: "lo regalado es mío, y se acabó; ¡no lo devuelvo!"
Aquí surge también otro elemento destacable es el enaltecimiento de la atracción y la futilidad de las relaciones interpersonales; no tienen otro dueño que el llamado de la sensualidad.
En "4 am", una voz le pice a la chica, que se despierta a la noche en su cuarto de "adolescente decó": "esa no es tu casa, ese ya no es tu lugar; huye conmigo y abandona a los demás". En "Los Calientes" cuenta que "Ella va a salir esta noche, dejando atrás su vanidad,; quiere gustar y ser gustada, sentirse deseada, bailar y bailar. Comanse a besos esta noche, total nadie lo va a notar. El va a salir esta noche, dejando atrás su vanidad, quiere un compromiso muy corto, se siente seguro de provocar". De alguna forma, lo mismo. Finalmente, Dárgelos pregunta: "¿y qué? estoy mirando a tu novia y qué; no tengo nada que decirte, ella me gusta y yo a ella también. ¡oh, sí!... ¿y qué?, ¿y qué?". No hay vínculos.
Sacerdotes del relativismo, hacen de las sexualidad su liturgia y de las orgías una celebración.+

Comentarios

Mk ha dicho que…
Me pareció destacable lo del "confundismo". Es una declaración del engaño. Pienso que lo que lo mueve al confundismo es reconocer y saberse conocedor de algún tema verdadero, y buscar evitarlo confundiendolo todo y salir indemne de el amague.

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