El Cuestionario del Censo

El censo empezó a las ocho, cuando todavía dormía. Llamaron a la puerta y acudí solícito, pero atontado por el sueño profundo y despreocupado del día no laborable.
A las primeras preguntas de identificación, siguieron otras.
- ¿Cree en Dios?
- Si.
- ¿Qué Dios? Tache lo que no corresponda: a) El Señor del Cielo y de la Tierra, b) El que habita dentro de uno mismo, c) El dinero, b) la lujuria, c) el poder.
- Ponga la a)
- ¿Mujer?
- Si.
- En caso afirmativo, ¿cuántas?
- Una.
- ¿La respeta?, ¿le es fiel en lo más profundo de su corazón?
- Si, claro.
- ¿Hijos?
- Cuatro.
- ¿Los ama?
- Obviamente.
- ¿Como una posesión suya o como bendiciones de Dios que uno debe educar, proteger y conducir hacia la santidad?
La pregunta fue demasiado profunda. Me quedé en silencio un ratito, meditándola. Algo extrañado, levanté la cabeza y ya no estaba.+

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
qué bueno, Hernán...A veces uno piensa en la vida mediocre que nos toca vivir, que es maravillosamente elevada por nuestra misión de padres de familia.
un abrazo.

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