miércoles, 27 de octubre de 2010

El Cuestionario del Censo

El censo empezó a las ocho, cuando todavía dormía. Llamaron a la puerta y acudí solícito, pero atontado por el sueño profundo y despreocupado del día no laborable.
A las primeras preguntas de identificación, siguieron otras.
- ¿Cree en Dios?
- Si.
- ¿Qué Dios? Tache lo que no corresponda: a) El Señor del Cielo y de la Tierra, b) El que habita dentro de uno mismo, c) El dinero, b) la lujuria, c) el poder.
- Ponga la a)
- ¿Mujer?
- Si.
- En caso afirmativo, ¿cuántas?
- Una.
- ¿La respeta?, ¿le es fiel en lo más profundo de su corazón?
- Si, claro.
- ¿Hijos?
- Cuatro.
- ¿Los ama?
- Obviamente.
- ¿Como una posesión suya o como bendiciones de Dios que uno debe educar, proteger y conducir hacia la santidad?
La pregunta fue demasiado profunda. Me quedé en silencio un ratito, meditándola. Algo extrañado, levanté la cabeza y ya no estaba.+

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bueno, Hernán...A veces uno piensa en la vida mediocre que nos toca vivir, que es maravillosamente elevada por nuestra misión de padres de familia.
un abrazo.