sábado, 1 de octubre de 2011

Hizo papa



Es divertida. Diferente. No es ofensiva para los creyentes. Pero tampoco es una película religiosa.
Habemus Papam es la película de un ateo que, divertido por una hipótesis aventurada, desarrolló una comedia entretenida.
No parece inocente la metáfora con la vida actoral; de hecho, es en un teatro donde se reconoce su identidad. Pero tampoco lo es el dañino juego de la mentira, que agravó el proceso en cuestión.
En toda la película hay un respeto a la figura personal del Papa, pero no tanto a su investidura ni mucho menos a la del Colegio Cardenalicio. Nada terrible, ciertamente. Por el contrario, es penoso que el Santo Padre electo sienta una suerte de incompatibilidad entre su humildad y su nombramiento. Una vanalización de la figura papal. Jorge Luis Borges o Miguel Cantilo pueden sorprenderse de que sus lectores u oyentes confundan al creador con su persona, pero Su Santidad sabe perfectamente quién es cuando se lo elige.
No obstante, me encantó ver las banderas argentinas flameando y a los cardenales bailando y palmeando "Todo Cambia", interpretado por Mercedes Sosa.+

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