miércoles, 15 de febrero de 2012

Contrastes en las Islas



Un mundo de contrastes es el que refleja la última película de George Clooney, Los Descendientes.
Por lo pronto, no es una película fácil. Pero es muy llevadera.
Es una trama nada felíz ni más ni menos que en Hawai, en donde aparecen más valores humanos que frivolidad y más lágrimas que risas.
Hay una historia de amor -en  rigor, tres- enredadas en un sustrato que contiene condimentos de historia, legado, compromiso, comunidad, codicia y responsabilidad.
El cornudo es el hombre, no la mujer; la ternura también puede ser un atributo de la virilidad y no es patrimonio exclusivo de la maternidad.
El adicto al trabajo se puede redimir y la que vive felizmente el momento, condenarse.
El perdón puede ser culminante. En el cine americano, suele triunfar la venganza, la revancha.
Puedo seguir, pero no sería interesante. Sí lo puede ser ver la cantidad de lecturas valorativas y de metáforas que hacen de esta película un poema. Una batalla contra los lugares comunes.+

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