El Beso de Dios
El día previo a la elección de Mons. Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice algunos tuvimos el privilegio de recuperar la sede de su Obispado porteño, la Catedral de Buenos Aires, que había sido tomada por jóvenes de una agrupación comunista que reclamaban por la educación pública. Fue un hecho extrañísimo.
Recuerdo que, además de unos pocos activistas algo alterados, había otros dirigentes muy respetuosos dispuestos estratégicamente, que rezaban al son de quienes trataban de mantener la normalidad de los oficios y unas pocas decenas de gente muy humilde que no hacían otra cosa que honrar a la casa de Dios con su visita.
De hecho, el improvisado operativo consistió en hincarnos a rezar. Al tomar consciencia de lo que estaban haciendo, la mayoría de los ocupantes apuraron su salida sin poder ser contenidos por los chicos y chicas de pañuelo y brazalete rojo. Hasta que, ante la inminencia del fracaso, decidieron levantar la toma.
Una vez liberada, cerramos la puerta y nos quedamos del lado de adentro. Mientras buscábamos una salida alternativa me encontré con dos mujeres, una de las cuales resultó ser conocida de mi familia. Pero antes de saberlo, lo primero que me dijo fue: "No existen las casualidades" y, por coincidir en semejante episodio, me regaló el que dijo ser el primer libro editado por su editorial talita kum: LECTIO DIVINA, el beso de Dios a su pueblo creyente, escrito por el padre trapense Bernardo Olivera.
El libro es una linda manera de preparar el encuentro con Jesús vivo, algo tan recomendado tanto por Francisco como por Benedicto XVI en los últimos años, y por los obispos latinoamericanos en Aparecida.
Olivera recomienda contemplar al señor partiendo de la lectura. Cree que hacerlo con el Evangelio del día es una muy buena manera de empezar a hacerlo. Luego, explica que hay que leer el texto, comprenderlo en sí mismo y contextualizarlo, reflexionar sobre lo que nos quiere decir en este momento, hablarle a Dios y hacer un profundo silencio para escuchar lo que efectivamente El quiere expresarnos. Entiende que una conversación así no puede durar menos de 20 a 30 minutos.
Su lectura y la práctica de sus consejos me dio gratos momentos esta Semana Santa, y espero que me los siga dando en el futuro.+
Recuerdo que, además de unos pocos activistas algo alterados, había otros dirigentes muy respetuosos dispuestos estratégicamente, que rezaban al son de quienes trataban de mantener la normalidad de los oficios y unas pocas decenas de gente muy humilde que no hacían otra cosa que honrar a la casa de Dios con su visita.
De hecho, el improvisado operativo consistió en hincarnos a rezar. Al tomar consciencia de lo que estaban haciendo, la mayoría de los ocupantes apuraron su salida sin poder ser contenidos por los chicos y chicas de pañuelo y brazalete rojo. Hasta que, ante la inminencia del fracaso, decidieron levantar la toma.
Una vez liberada, cerramos la puerta y nos quedamos del lado de adentro. Mientras buscábamos una salida alternativa me encontré con dos mujeres, una de las cuales resultó ser conocida de mi familia. Pero antes de saberlo, lo primero que me dijo fue: "No existen las casualidades" y, por coincidir en semejante episodio, me regaló el que dijo ser el primer libro editado por su editorial talita kum: LECTIO DIVINA, el beso de Dios a su pueblo creyente, escrito por el padre trapense Bernardo Olivera.
El libro es una linda manera de preparar el encuentro con Jesús vivo, algo tan recomendado tanto por Francisco como por Benedicto XVI en los últimos años, y por los obispos latinoamericanos en Aparecida.
Olivera recomienda contemplar al señor partiendo de la lectura. Cree que hacerlo con el Evangelio del día es una muy buena manera de empezar a hacerlo. Luego, explica que hay que leer el texto, comprenderlo en sí mismo y contextualizarlo, reflexionar sobre lo que nos quiere decir en este momento, hablarle a Dios y hacer un profundo silencio para escuchar lo que efectivamente El quiere expresarnos. Entiende que una conversación así no puede durar menos de 20 a 30 minutos.
Su lectura y la práctica de sus consejos me dio gratos momentos esta Semana Santa, y espero que me los siga dando en el futuro.+
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