sábado, 25 de mayo de 2013

Migró El Extranjero


Esta semana murió George Moustaki. Me acuerdo de haber visto sus discos de vinilo en casa, en mi primera infancia. Con la melodía de La Meteque se compuso un himno que cantamos veranos y veranos.

Escucharla en castellano, en su voz o en la de Nicola Di Bari, me generan sensaciones fuertes, parecidas pero diferentes. Escucharla en francés me hace acordar a papá; le encantaba.


Ahora que lo vuelvo a escuchar y que busco sus letras veo que era un perfecto exponente de su tiempo. Sus letras dicen cosas, muchas cosas. Propias de una época que marcó mi niñez, mi realidad. Tan de mayo, tan liberal, tan ecologista. Algunos valores eran desafiados, renovados, cuestionados; otros, instaurados o sostenidos.



Una filosofía



Una valoración de la naturaleza



Papá me enseñó a gozar del arte, en este caso de la música, más allá de que uno comparta el pensamiento o la ideología del artista. Este perfecto exponente del hippismo francés da gusto de ser escuchado y de ser oído.+

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