Se enojó
Era de esperar.
En las últimas décadas andaba cómodo por el mundo mientras se caían las cortinas del pudor, los muros de la decencia, las paredes de la honestidad, las columnas de la dignidad del trabajo.
Se divertiría con la impudicia reinante, con la creciente corrupción, con el hedonismo, con el consumismo frenético, con el culto por el atajo y la plata fácil.
Es evidente que lo que hacíamos los cristianos no era suficiente, que no lográbamos imponer una visión sustentable y de largo plazo sustentaba en valores nobles y estables.
Pero algo cambio desde la asunción del nuevo Pontífice. La palabra, el gesto, el testimonio del Papa Francisco llegó al corazón de millones de personas y la gente se volcó a una nueva búsqueda religiosa. Hubo muchas conversiones.
Y se puso nervioso.
Aquellas sutilezas que le resultaron tan efectivas perdieron su efecto ante el resplandor la Verdad.
Y perdió la compostura.
Y aumento la intensidad del ataque.
Y quedó en evidencia la pobreza de su mensaje, la torpeza de su proceder y lo grotesco de sus intensiones.
Quemó templos, orinó y defecó altares, robó y rompió imágenes.
Quedó en evidencia la realidad.
El Malo siempre fue así.
Salvo cuando se puede esconder en la naturaleza caída del hombre, que es la debilidad del Señor.+)
En las últimas décadas andaba cómodo por el mundo mientras se caían las cortinas del pudor, los muros de la decencia, las paredes de la honestidad, las columnas de la dignidad del trabajo.
Se divertiría con la impudicia reinante, con la creciente corrupción, con el hedonismo, con el consumismo frenético, con el culto por el atajo y la plata fácil.
Es evidente que lo que hacíamos los cristianos no era suficiente, que no lográbamos imponer una visión sustentable y de largo plazo sustentaba en valores nobles y estables.
Pero algo cambio desde la asunción del nuevo Pontífice. La palabra, el gesto, el testimonio del Papa Francisco llegó al corazón de millones de personas y la gente se volcó a una nueva búsqueda religiosa. Hubo muchas conversiones.
Y se puso nervioso.
Aquellas sutilezas que le resultaron tan efectivas perdieron su efecto ante el resplandor la Verdad.
Y perdió la compostura.
Y aumento la intensidad del ataque.
Y quedó en evidencia la pobreza de su mensaje, la torpeza de su proceder y lo grotesco de sus intensiones.
Quemó templos, orinó y defecó altares, robó y rompió imágenes.
Quedó en evidencia la realidad.
El Malo siempre fue así.
Salvo cuando se puede esconder en la naturaleza caída del hombre, que es la debilidad del Señor.+)
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