jueves, 9 de marzo de 2017

Violencia de género, ¿pero cuál?


Desde que soy chico que no creo en el machismo ni en el feminismo. En casa los estereotipos nunca funcionaron. Me enseñaron a respetar a las mujeres. Pero no como iguales: las mujeres podían ser madres. La madre, para la Iglesia Católica, tiene un rol estelar: es la gran mediadora con Dios, como Madre del Salvador. 
La maternidad es importante, además, tiene una relevancia trascendental. Por ella nacen hombres con cuerpo y alma, con vocación de eternidad. La Iglesia nunca podría estar de acuerdo con eliminar a ninguna de esas personas, ni por un plan sistemático, ni mediante un holocausto, ni con un aborto.
Estos movimientos de mujeres por la igualdad de género piensan de otra manera. Seguramente creen que la maternidad es un mecanismo de sujeción y esclavización de la mujer y que, de igual manera, para ser libres hay que prevenirse o curarse mediante un aborto. No estoy de acuerdo con eso. Pero coexisto con gente que piensa de esa manera en una misma sociedad desde que soy adulto. 
Ellas, en cambio, se ensañan conmigo y con muchos de los que pensamos de esta manera. Se burlan de nuestras creencias y profanan lo que nosotros, en nuestro básico entendimiento, consideramos sagrado.
¿Porqué se ensañan con lo que para nosotros es la Casa de Dios? ¿Para qué se burlan de nosotros? ¿Qué hace el Inadi al respecto? ¿Quién vela por a libertad religiosa? ¿Cómo debo actuar?
Mi religión es clara al respecto: debo perdonar y pedir a Dios por ellas, que no saben lo que hacen.+

No hay comentarios: