Catedral de la Vida
Se corrió la voz y muchos nos encontramos en sus escalinatas para defenderla de los habituales agravios y profanaciones con que suelen atacarla estas y otras agrupaciones feministas tales como el Encuentro Nacional de Mujeres.
Parece mentira que, esgrimiendo la libertad de elección y la apertura mental, se diviertan burlándose y agrediendo las creencias ajenas. Pero es lo que ya hemos visto en reiteradas oportunidades en diversos templos e instituciones religiosas aquí y en el mundo, así que no quedaba otra alternativa que presentar un rostro humano al vejamen.
Medio centenar de fieles de todas las edades (menos niños) y sexos esperamos durante una hora el ataque.
Cada tanto alguno salía a ver qué pasaba en derredor y nos anoticiaba que estaban cerca del Monumento a Mitre y que iban llegando de a uno. A la hora, habían sumado una docena y, con la excepción de alguna que otra sospechosa mochila, no parecían peligrosos.
Gracias a Dios, el Municipio había dispuesto algunas patrullas que cada tanto aparecían para disuadir, aunque la experiencia dice que en el momento del ataque no atajan la salvajada y los templos terminan profanados. Ellas lo saben.
Tal vez por la lluvia o tal vez por algún fallo en la organización, la militancia decidió suspender la faena.
Antes de irme, con algunos ingresamos a rezar a la Virgen a modo de desagravio.
Dios quiera que algo haya sucedido en el alma de los agresores para que abandonen su intolerancia religiosa.+)
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