Para mí, de Papas


Para quienes se hayan interesado en la lectura de mi artículo anterior, que es un comentario sobre El Papa Peronista (libro de Ignacio Zuleta), les recomiendo que aborden la lectura de la tetralogía de Morris West (1916-1999), un australiano que ha sido un gran best seller durante la segunda mitad del siglo XX.
Este escritor cursó el secundario con los Christian Brothers, vivió en uno de sus conventos durante una decena de años y hasta habría llegado a hacer los votos anuales correspondiente a los brothers, lo que otorga a su pluma un nivel de precisión terminológica tan grata como ilustrativa.
Muchos de esos grandes narradores de tramas de suspenso en la guerra fría habrían sido espías o sospechados de ser tales. En este caso, es tan notable su conocimiento religioso y el nivel de información de la trastienda vaticana que se podría pensar que muchos de sus libros o son parte de la guerra psicológica de la guerra fría o son producto de la especulación sobre la base de una generosa masa informativa obtenida durante tales menesteres.
Tiene cuatro libros escritos sobre papas. El más famoso tal vez fue Las sandalias del Pescador (1963) -que fue llevada al cine en 1968-, porque anticipó en 1963 la llegada de un Pontífice eslavo, que resultó Juan Pablo II, en 1978. Además, lo imaginó anticipadamente con un rol de mediador entre Rusia y los Estados Unidos, en su modo viajero y su simpleza tan inhabitual en los llamados Príncipes de la Iglesia.
Pero lo que vengo a recomendar hoy es la lectura de Eminencia (1998), cuya presencia en las vidrieras de las librerías locales duró poco y casi no trascendió su publicación, según se dice, por una gestión del Arzobispado porteño.
Morris West imagina esta vez a Su Santidad con un perfil muy parecido al de Francisco. Zuleta afirma que lo que visualizaba el escritor no era a Jorge Bergoglio sino a Eduardo Pironio. Lo cierto es que en la elección de Benedicto XVI el argentino que compitió con Joseph Ratzinger por los votos cardenalicios en 2005 fue el jesuita de Flores.
Las novela cuenta los últimos días de un Papa muy viejo y enfermo, como terminó el polaco Karol Wojtila, y un cónclave que ve papabile a un argentino protegido en Roma durante el gobierno militar.
Las otras dos novelas de la tetralogía (Lázaro y Los Bufones de Dios) no tienen el mismo carácter profético de estas otras dos. Pero en todos los casos la narrativa es agradable, su tratamiento informativo es instructivo y la Fé Católica de su autor hace que uno pueda compartir los pensamientos y las emociones que recorren estas novelas con gusto y decisión.+

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